Quién le diría a Víctor Laguardia allá por julio del 2014 que en unos años se convertiría en un emblema para la fiel parroquia alavesista que, después de unos largos años en el pozo de la Segunda División B, disfrutaría del equipo de sus amores en la Primera División. El central aragonés, que fichó por el Glorioso para la temporada 2014-15 proveniente del Zaragoza, está a tan solo tres partidos de convertirse en el segundo jugador que en mayor número de ocasiones ha defendido la zamarra albiazul en la élite del fútbol nacional.
Y es que el káiser acumula un total de 153 duelos en la máxima categoría, los mismos que el vitoriano Pablo Gómez, uno menos que otro ilustre de la historia alavesista como Antonio Karmona y dos menos que Magno Mocelin. Aún así, Fernando Pacheco se mantiene con 184 partidos como el futbolista que en más ocasiones ha lucido el escudo del Alavés en la élite.
De hecho, si tras el adiós de Manu García preguntásemos sobre un jugador que pudiera defender la capitanía del Alavés al mismo nivel que lo hizo el gasteiztarra durante años, la unanimidad de respuestas señalarían al bueno de Víctor Laguardia. Y es que su papel en esta temporada, la primera sin el gran capitán, está siendo de vital importancia en pos de transmitir al resto de compañeros lo que significa jugar en el Alavés y, desde luego, sostener el entramado defensivo de un equipo que en las primeras jornadas pudo haberse hundido pero que creció ante las adversidades.
Y es que sin temor a la equivocación se podría decir que el central aragonés lleva casi ocho años comandando la zaga alavesista a un nivel superlativo. Es evidente que en el deporte, y en este caso en el fútbol, ningún jugador es capaz de mantener las mismas prestaciones durante años, pero la realidad es que Laguardia siempre ha mejorado a su compañero en la retaguardia. Desde Jarosik hasta Lejeune, pasando por jugadores como Pelegrín, Feddal e incluso Maripán, todos los zagueros que han compartido posición con Lagu han aumentado de forma exponencial su rendimiento ya que la exigencia y concentración que el ex del Zaragoza demuestra sobre el césped son las máximas.
RESURGIR ANTE EL ATLÉTICO De este modo, Laguardia se ha convertido en un fijo en los planes de Javier Calleja, quien ha elogiado al cinco en numerosas ocasiones y especialmente, en su faceta más humana. Asimismo, el maño ha sido titular en once de los doce partidos disputados en la presente temporada. Además, la mejoría ofrecida por el defensor en las últimas fechas ha sido de tal calibre que el Alavés tan solo ha encajado tres tantos en los últimos cinco encuentros, mientras que en las cinco jornadas inaugurales, el Glorioso recibió la friolera de once goles.
Probablemente su resurgir sucedió en la victoria frente al Atlético, donde protagonizó el único gol a través de un cabezazo que ni el mejor Oblak pudo detener. Sin embargo, su buen hacer no fue algo esporádico, sino que desde aquel encuentro el nivel de solvencia atrás ha subido con creces.
Aparte de las notables prestaciones en materia puramente futbolística, la capacidad de liderazgo de Laguardia permitió en el choque frente al Levante que ninguno de sus compañeros perdiese la cabeza ante las continuas pérdidas de tiempo del conjunto visitante, amparadas, eso sí, por la discutible actuación arbitral de Cordero Vega.
El maño mostró una absoluta serenidad a la hora de dialogar con el colegiado aunque, al final, recibiese una tarjeta amarilla sin venir a cuento cuando el encuentro ya había finalizado. Es más, por si sus galones como capitán fuesen insuficientes, al término del partido fue él quien agrupó al resto de jugadores para saludar a una afición que estuvo volcada desde el principio con el equipo. En definitiva, un líder indiscutible que está poniendo encima de la mesa muchos argumentos para recibir en breve una propuesta de renovación teniendo en cuenta que acaba contrato al final de esta campaña.