El hockey hierba vasco ya cuenta hace tiempo con una estrella que continúa sumando un éxito tras otro. Chefo Basterra, un getxotarra de 26 años que a los 18 abandonó el Jolaseta, club de toda su vida para afrontar mayores retos, lo que le ha permitido disputar los Juegos Olímpicos de Tokio, y tiene en el horizonte los de París, se ha adjudicado un nuevo título de Liga este pasado fin de semana en Terrassa.
Pero no solo eso. Enrolado en las filas del Club de Campo de Madrid, y explotando al máximo sus muchas virtudes con el stick, marcó tres goles en la semifinal ante el Egara y otros dos en la gran final ante el Polo de Barcelona, jugada en el estadio Martí Colomer y que acabó con triunfo capitalino por tres tantos a dos. Por ello, ha sido nombrado mejor jugador de la gran final, y el máximo goleador de la final a cuatro, y también, en compañía del catalán Marc Miralles, el honor de ser el máximo realizador de la liga regular.
El innato talento de Basterra le permite anotar ante el cajón adversario con facilidad, haciéndolo de todas las maneras posibles, tal y como lo ha demostrado durante este fin de semana en tierras catalanas, tanto de jugada, como de penalti-córner y de penalti-stroke.
Este nuevo éxito del Club de Campo que entrena Pablo Usoz es en parte compartido por el también getxotarra Unai Garate, preparador en su día de esta camada que ha salido campeona en un deporte que ha virado de nuevo hacia el jugador nacional tras años de hegemonía de las grandes figuras foráneas.
Las buenas noticias en la localidad vizcaína, cantera inagotable de rutilantes figuras como Erdoitza Goikoetxea, Rocío Ybarra, María López de Eguilaz y Diego Arana, no llegan solas en este final de temporada, ya que, a este éxito de su jugador recientemente más laureado, y la permanencia del Jolaseta masculino en la División de Honor, le ha seguido este fin de semana el retorno a la máxima categoría del equipo femenino dirigido por Nacho Lecanda.