Ugao-Miraballes ha saldado una deuda histórica con las mujeres de la villa. Y también con una empresa, prácticamente desconocida para las actuales generaciones, que dio empleo a miles de personas de la comarca durante seis décadas, entre 1902 y 1964. Lo ha hecho a través de un acto de gran carga emocional celebrado este mes en la ermita de Udiarraga para presentar el libro ‘Industrias textiles de yute de Miraballes: el papel de la mujer en la fábrica’.
Fruto de una investigación realizada gracias a la primera Beca de Investigación Histórica de la Villa de Ugao-Miraballes, la publicación pretende “recordar a quienes, con su esfuerzo y con su trabajo silencioso, tejieron no solo telas sino también la red social de nuestro pueblo”, afirmó el alcalde Ekaitz Mentxaka, durante su intervención. Se refirió, en concreto, a “esas mujeres que durante décadas fueron el motor de una de las fábricas más importantes de nuestro municipio, mujeres que con sus manos, constancia y su coraje sostuvieron una industria, sacaron adelante a sus familias y contribuyeron al progreso de nuestra villa”.
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La mayor parte de ellas fueron ugaotarras, pero otras muchas de localidades cercanas. Todas “cruzaban a diario las puertas de la fábrica sabiendo que su trabajo era imprescindible pero sin recibir el reconocimiento que merecían”, admitió el primer edil que aprovechó el evento para poner en valor su silenciosa aportación. “Eran mujeres que, a menudo, compaginaban la dureza del trabajo en la industria con la responsabilidades del hogar, que vivieron tiempos difíciles con pocas oportunidades, con derechos laborales limitados y con una desigualdad que pesaba sobre sus espalda, pero que nunca se rindieron”.
Mujeres que trabajaron en la empresa de yute y han relatado sus vivencias en el libro
Y allí, en uno de los bancos de la primera fila del templo religioso, presenciando el acto del que eran en gran parte protagonistas, estaban Carloti, Tere, Asun, Marini, Sara, Amparo y un familiar de M.ª Luisa, recientemente fallecida. Son las ugaotarras trabajadoras del yute que se han prestado a aportar para esta investigación sus testimonios, sus recuerdos, sus sensaciones, sus vivencias…, en definitiva, su historia. A ellas, “a las que estáis en este acto, a las que no han podido venir y a las que nos han dejado” se dirigió también el alcalde. “Este homenaje es para vosotras, para vuestra lucha, para vuestra resistencia y vuestro legado”, concluyó.
Seis décadas tejiendo telas
Recopilar información, documental y testimonial “para recuperar la historia olvidada de la fábrica”, ha sido una tarea difícil, tal y como reconoció Josu Hernando Pérez, profesor en la Universidad del País Vasco, miembro del Grupo de Investigación Demografía Histórica e Historia Urbana de la UPV y autor del libro. Difícil, pero “muy gratificante y satisfactoria”, aseguró.
Una de las complicaciones ha sido dar forma a la historia de una factoría “que dejó de funcionar hace casi 60 años” y cuyos pabellones y el terreno donde se asentaban desaparecieron tras las inundaciones de 1983 y la posterior reurbanización de la zona de Arandia.
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Su fundación hay que datarla en 1902 a iniciativa empresario donostiarra Pedro Echeguren de Herrerías tras regresar de Méjico. “Fallece poco después, en 1907, y el testigo al frente de la fábrica lo coge su primo Manuel de Herrerías Quintana que ejerció de gerente durante muchísimos años, tanto de esta factoría como de la que había en La Peña”.
Y el cierre, cese de actividad y abandono definitivo de las instalaciones llegó en 1964, ya bajo el nombre de IBENSA. En ese periodo de seis décadas en funcionamiento “su historia es apasionante, con diversas crisis, problemas de suministro, huelgas, incendios y reconstrucciones, recuperaciones, afección de la guerra civil…”
Mujeres en plantilla que eran niñas
Al margen de esta información documental y extraída de archivos, la verdadera esencia y alma del libro está en los testimonios de antiguas trabajadoras, mujeres que suponían “más del 80% de una plantilla de entre 200 y 300 personas”, apuntó Hernando. Y muchas de ellas eran aún niñas. “Hemos llegado a documentar a una empleada de solo 10 años” y su presencia estaba, prácticamente, invisibilizada. Lo afirma con conocimiento de causa, puesto que “tenemos constancia de trabajadoras que en los padrones municipales ponían ‘sus labores’ o ‘labores de su sexo’ en el epígrafe de profesión”.
Sus condiciones laborales eran “muy duras”, con largas jornadas, sufriendo “frio en invierno y calor en verano” y teniendo que “despertarse muy pronto o venir caminando desde municipios cercanos”. Los salarios eran, también, muy ajustados. Tanto es así que “sabemos que alguna viuda con hijos, tras acabar turno en la fábrica, realizaba tareas de sirvienta porque el sueldo era insuficiente para vivir y salir adelante”.
Una de las ex trabajadoras de la empresa que ha prestado su testimonio
A pesar de todo ello, y tras escuchar los testimonios recogidos, “es sorprendente lo bien que se lo pasaban”, Al fin y al cabo, parte importante de las trabajadoras “eran niñas de 14 o 15 años que cantaban, jugaban, bailaban, se cortaban el pelo, incluso se dormían en algún cesto, rezaban… Nos han relatado historias muy bonitas y con un denominador común: escapar de la mirada del encargado”.
Un libro y una lámina de recuerdo
Esos relatos, vivencias y experiencias han despertado de un largo letargo de olvido y silencio. Forman ya parte de la memoria histórica de Ugao-Miraballes. En reconocimiento a su generosidad, y como homenaje a las trabajadoras del yute, las mujeres que han aportado sus testimonios recibieron, además del aplauso y del cariño de los asistentes al acto, un ejemplar del libro y una lámina de acuarela con la imagen de la fábrica realizada por el artista Javier Gandarillas Antiza que también fue entregada al alcalde de la villa.
El artista Javier Gandarillas Antiza es el autor de la lámina de acuarela con la imagen de la empresa
Y, para finalizar, un firme compromiso del Ayuntamiento. "Queremos seguir apostando por la investigación y el reconocimiento de quienes han dejado huella en nuestra historia, y especialmente de mujeres que han sido claves para el desarrollo de la villa", anunció Ekaitz Mentxaka.