Miles de hondarribiarras se echaron ayer a las calles para celebrar, como cada 25 de julio, el rito de la Kutxa Entrega. Fue, como empieza a ser una constante en los eventos de este verano, un acto más masivo de lo habitual y en el que el público se deshizo en vítores hacia la portadora de la Kutxa, honor que ayer ostentó Olatz Oronoz Loidi.
La comitiva, compuesta por la Banda de Música, patrones de embarcaciones hondarribiarras y remeros, así como por la propia Oronoz, por el alcalde, Txomin Sagarzazu, la consejera Arantxa Tapia y el Abad Mayor de la Cofradía, Norberto Emazabel, salió puntual de la sede de la Hermandad de Pescadores a las 18.00 horas.
Desde la Marina, el grupo se dirigió a la iglesia parroquial, donde se produjo la lectura del balance de cuentas anual y la ratificación de Emazabel como presidente de la Cofradía, tal y como marca la tradición. Una vez zanjados los quehaceres en la parroquia, la comitiva regresó a la Marina, realizando el mismo recorrido inverso hasta detenerse frente al arco de la Hermandad.
Allí es donde tuvo lugar el momento más importante de la jornada, en el que la portadora debe girar sobre sí misma con la Kutxa en la cabeza la mayor cantidad de veces posible. De su actuación depende, según la tradición, la calidad y cantidad de la pesca de los arrantzales del año. Oronoz no escatimó en esfuerzos y giró exactamente un centenar de veces.
“Se me ha hecho corto, muy corto, volvería a repertirlo”, confesaba ayer Oronoz al finalizar el acto, del que salió “muy contenta” al ver la cantidad de gente que se acercó a apoyarla en las calles. l