La organización del Alarde de Hondarribia ha expresado su rechazo ante las jornadas de diálogo promovidas por el gobierno municipal, encabezado por Abotsanitz y EH Bildu. Esta iniciativa ha sido anunciada con el objetivo de generar un espacio de encuentro y debate en torno al conflicto que existe en la localidad sobre la celebración del Alarde.
En su comunicado, Hondarribiko Alardea defiende que esta manifestación cultural tiene "un profundo arraigo histórico y religioso, basado en la libertad y la soberanía del pueblo". Asimismo, recalca que su evolución y estructura han sido decididas por quienes lo organizan y participan en él, sin injerencias externas.
Además, consideran que los encuentros impulsados por el Ayuntamiento tienen como objetivo convertir el Alarde en único, paritario y municipal. “Esto supondría eliminar la pluralidad de modelos y someter su futuro a decisiones políticas, alejándolo de quienes realmente lo han mantenido vivo. Las consecuencias pueden ser irreparables para el Alarde que hemos decidido mantener y proteger”, advierten.
Defensa de la tradición
Hondarribiko Alardea también responde a las críticas sobre la exclusión de las mujeres en su modelo, asegurando que “ellas siempre han estado presentes en la celebración con un papel fundamental, ya sea como Cantineras, en la organización y gestión, o en la procesión y el voto”, elementos que consideran parte de la identidad histórica y religiosa del evento. "Que las mujeres no ocupen otros roles dentro del desfile no es discriminación, sino respeto a la tradición y a un modelo concreto de Alarde", afirman.
En este sentido, recalcan que la celebración "no necesita ser justificada ni modificada" y que la existencia de diferentes modelos debe ser respetada sin imposiciones. Consideran que el supuesto diálogo propuesto no ofrece una verdadera negociación entre “dos modelos legítimos”, sino que busca imponer un único formato. “No hay intención de respetar la existencia del Alarde tal y como es, sino de forzar su desaparición” dicen, para añadir después que “un diálogo real implica que ambas partes se reconozcan y respeten. Aquí, solo se nos pide que cedamos nosotros”.
Además, inciden en que “cada persona tiene derecho a participar en las actividades culturales como quiera y, del mismo modo que quienes desean organizar otro tipo de Alarde son libres de hacerlo, nadie tiene el derecho de imponer su visión sobre el nuestro”.
Rechazo a la presión política
El comunicado también denuncia que "una y otra vez se nos intenta forzar a renunciar a nuestra identidad para adaptarnos a una única visión impuesta". Defienden que la convivencia en Hondarribia ha sido posible sin la necesidad de cambiar la esencia del Alarde y que el respeto a la diversidad implica aceptar que algunas tradiciones deben ser preservadas.
Asimismo, critican que la política intente modificar una celebración en nombre de "una supuesta igualdad impuesta", considerando que las tradiciones deben ser protegidas de cambios determinados por coyunturas políticas. En su opinión, el objetivo de las jornadas está predeterminado y orientado a lograr "un único Alarde paritario y público", sin dar espacio a otras opciones.
Por ello, concluyen que no se sienten obligados a participar en un debate que consideran diseñado para “presionarles a cambiar” su modelo de Alarde. "El Alarde tiene derecho a seguir existiendo tal y como es, sin presiones ni manipulaciones externas", zanjan.