Vida y estilo

¿Hubo vida en Marte?

El rover ‘Perseverance’ encuentra en los primeros 250 días de misión en el Planeta Rojo rocas clave que pueden ayudar a responder a esta pregunta largamente cuestionada
En febrero del año 2021 el rover ‘Perseverance’ tomó tierra en Marte.

En febrero del año 2021, el rover Perseverance aterrizó en Marte, en el conocido como cráter de Jezero, con el objetivo de descubrir los secretos de esta parte del Planeta Rojo. Ahora, los investigadores involucrados en este proyecto han publicado cuatro artículos en la revista Science que explican a grandes rasgos los descubrimientos realizados en los primeros 250 días de misión.

Uno de los firmantes, Juan Manuel Madariaga, pertenece a la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), un centro que está teniendo un papel imprescindible en esta aventura y que, en conversaciones con NTM, explica que este primer periodo “ha dado para mucho”. Lo publicado ahora, recuerda, es un resumen de lo que han ido encontrando, y próximamente llegará otra tanda de artículos con más detalles.

Pero, ¿qué ha hallado Perseverance en este tiempo? Según Madariaga, se han topado con cosas que en parte no esperaban encontrar. El rover aterrizó en una zona que había estado cubierta por el agua de un gran lago formado allí. “Tenemos un delta a unos dos kilómetros de donde hemos aterrizado, que son típicos terrenos sedimentarios. Una de las hipótesis era que íbamos a encontrar rocas sedimentarias, y no ha aparecido ninguna”.

Esto supuso “replantearse muchas cosas”. Al fin y al cabo, todo lo que han encontrado son rocas ígneas, volcánicas. La presencia de ese lago no está puesta en cuestión, remarca el investigador. Lo que sucede es que donde ahora mismo está la misión, donde ha estado este primer año, es lo que se llama la base del cráter de Jezero, un terreno llano, una planicie, con montañas al fondo, a unos 3-4 kilómetros, que es lo que se levantó en su momento. Y, precisamente lo que están investigando es por qué esa planicie está así.

“Por todo lo que se había estado observando desde orbitadores, no pensábamos que fuera una cosa así. Hay que darle una explicación a por qué tenemos esas formaciones y sobre todo que las rocas que están ahí, que se habían interpretado como restos de rocas sedimentarias, son todas ígneas”.

Desde el equipo son optimistas acerca de la obtención de resultados, porque resalta Madariaga, “esto es una mina. Es completamente distinto a otros terrenos que se han analizado en Marte, y los resultados y las nuevas conclusiones y nuevos procesos no se han visto en otro sitio”. Es por eso que “todo van a ser sorpresas”.

Búsqueda de vida

Desde hace ya años, la búsqueda de agua y vida en otros planetas, con especial incidencia en Marte, ha sido objeto de diversos estudios, con unas y otras finalidades. Y, precisamente a raíz de todos esos estudios, los resultados ya son palpables. Gracias a esta misión, por ejemplo, recuerda Madariaga que dentro de las rocas han encontrado “sales precipitadas en los poros”. Según explica, esta es la primera vez que se ha visto una cosa así, tal vez porque no ha habido la capacidad tecnológica para “hacer una abrasión de la roca, quitarle la capa de arriba y hacer el análisis en la superficie para ver lo que hay”, reflexiona.

Tienen, en definitiva, los granos de esas rocas ígneas, y entre medias, en los poros, “un montón de sales”. Y, esas sales, solo pueden haberse formado ahí si esa roca está cubierta por agua o le llega agua. “Es seguro que ahí hemos tenido agua. No se pueden explicar de otro modo los compuestos que hemos encontrado”, resume.

Además, muchos de esos compuestos, y esta es una hipótesis que están poniendo encima de la mesa, son compuestos que en La Tierra albergan o retienen restos de moléculas orgánicas relacionados con procesos biológicos. “Una de las hipótesis nuevas que ahora tenemos y es una de las cosas que se plantean al final del artículo de La influencia de los procesos acuosos en las rocas de Jezero es lo importantes que son para la habitabilidad las muestras que se han cogido en esa zona y que van a venir a la Tierra para ser analizadas porque traen todos esos materiales”.

No descartan, sino que lo plantean como una hipótesis “muy plausible”, que dentro de esos materiales viajen esos compuestos orgánicos, “porque además con dos de los instrumentos que tenemos en el rover hemos visto que hay moléculas orgánicas en ese trozo que hemos cortado de las rocas. No en la superficie, sino en lo que está dentro”.

"Aspiramos a ser uno de los laboratorios que reciba esas muestras"

Ahora están trabajando con esas hipótesis, y el “gran boom” se producirá cuando las muestras que Perseverance ha ido recolectando en el Planeta Rojo lleguen de vuelta a la Tierra, algo que en principio estiman que ocurrirá en el año 2033. “Aspiramos a ser uno de los laboratorios que reciba esas muestras. Es una de las grandes apuestas que tenemos de cara al futuro”, señala este investigador de la UPV/EHU.

Descubrimientos

Pero, ¿por qué es tan importante descubrir rastros de vida y agua en Marte? Madariaga lo tiene claro. Son esenciales los medios que se han dispuesto para hacer esa investigación allí, ya que en este momento no existen instrumentos similares para hacer una investigación parecida en la Tierra. Lo primero que aporta este estudio es, por tanto, la posibilidad de trasladar esa instrumentación a herramientas de aquí para hacer esos análisis aquí del modo que se están haciendo allí.

Parece de ciencia ficción, pero la realidad es esa. Lo que está en ese rover no existe en la Tierra”. El primer gran avance que va a suponer va a ser, en definitiva, “toda una revolución en las cuestiones de instrumentación”.

Juan Manuel Madariaga. Borja Guerrero

Por otra parte, “si somos capaces de determinar que hay compuestos orgánicos relacionados con vida, estás demostrando que no solo en la Tierra tienes vida, sino que también hubo vida en Marte”, defiende este investigador.

Además, tiene grandes esperanzas puestas en la misión europea, suspendida este año por la guerra de Ucrania, la conocida como misión ExoMars. Esta iba a despegar en el mes de septiembre a bordo de un cohete ruso con el objetivo de estudiar con un rover la existencia de vida marciana en el pasado.

“Esa misión estaba preparada para taladrar hasta dos metros de profundidad porque se estima que a partir del metro o metro y medio de profundidad, toda la atmósfera horrible que hay en Marte ya no tiene efectos sobre posibles células o moléculas orgánicas. Una de las hipótesis es que si yo tengo agua y sé que por debajo de un metro puede ser hasta más o menos líquida, ¿por qué no voy a tener vida si tengo todo lo que en la Tierra ha sido necesario para que tenga vida?”, reflexiona. Aún queda mucho por descubrir, por supuesto, acerca del Planeta Rojo, pero cada paso es importante y Perseverance está haciendo más fácil esa tarea.

04/09/2022