El preparador físico compagina sus labores en su gimnasio 'Health & Sport Center' con los entrenamientos que lleva a cabo en el GDKO Ibaizabal y el Teknei Zornotza, con quienes suele viajar
LOS días de Martin Ibarra son un auténtico rompecabezas para cuadrar todos sus entrenamientos. Es un no parar continuo. Horas de carretera y comidas realizadas a toda velocidad para llegar a todo. Este preparador físico compagina entrenamientos personales con las sesiones que realiza en su gimnasio Health & Sport Center y, por si fuera poco, trabaja con el GDKO Ibaizabal y el Teknei Zornotza. Es la manera que tiene de unir dos de sus pasiones, la preparación física y el baloncesto. Y pese a que el reloj le dice que ya no quedan más minutos por exprimir tampoco es extraño verle en los partidos de ambos equipos vizcainos, tanto en los disputados en casa, como en los que se juegan en diferentes pueblos del Estado. Un mapa personal al que Ibarra no para de añadir chinchetas y espera aportar su granito de arena para ayudar a ambos conjuntos a cumplir sus respectivos objetivos.
La experiencia de Ibarra con el baloncesto vizcaino no se limita solo a esta temporada. Además de entrenar a jugadores de forma individual, había vivido otra etapa en el club zornotzarra y estado en el Bilbao Basket por lo que ya sabía antes de este año lo que era pasar muchas horas en la carretera para ir a un disputar un partido. Este curso la idea no era esa, pero al final el preparador físico bilbaino no se pudo resistir y ahora mismo no es extraño verle en los banquillos del GDKO Ibaizabal y el Teknei Zornotza. "Lo de los viajes es porque quiero. Lo bueno es que me dan mucha libertad. Nos conocemos todos desde hace tiempo y tenemos muy buena relación", cuenta. Uno de los motivos que tiene para realizar ese esfuerzo añadido es la respuesta de los jugadores que prepara. Si hay esfuerzo, Ibarra disfruta al máximo y no duda en sacrificar cosas, como ocurre con el conjunto galdakoztarra: "Por tema de los horarios del gimnasio estipulamos que iba a ir solo un día y al final intento ir tres días más los partidos. Pero es una cosa que han conseguido ellas. Con el tiempo las fui conociendo y vi que lo daban todo y me engancharon muchísimo. Por eso trato de hacer un esfuerzo para llegar a más entrenamientos y poder ayudar un poco más".
La empatía es una de las virtudes que tiene Ibarra a la hora de ser el preparador físico de estos dos equipo. No solo comparte edad con muchos jugadores, también lleva una vida ligada al baloncesto como jugador, deporte que sigue practicando hoy en día. "No juego en esas categorías pero el que ha sido jugador y el que ha estado en ese ámbito sabe cómo puede llegar a funcionar un jugador a ese nivel. El resto es meter muchas horas y atender, tener la máxima experiencia posible con cada jugador", comenta Ibarra, que reconoce que compartir generación con varios jugadores tiene sus dos lados de la moneda: "Hay que saber separar el amigo del trabajo. En estos casos, llevar una relación a un nivel más profesional puede ser más difícil pero también puede ser más fácil. Que sean de mi edad tiene el punto bueno de que lo puedo llegar a entender mejor y la relación puede ser muy buena, pero luego hay que tener cuidado con dar la mano y que te cojan el brazo".
Aunque como ocurre en muchos clubes de estas categorías, Ibarra no ejerce solamente de preparador físico. Tiene que multiplicar sus tareas y echar una mano en los muchos frentes que se abren antes de cada partido. "Todos sabemos que en muchos clubes de las competiciones FEB toca hacer tu trabajo y si hay que hacer algo más, también hay que hacerlo. Todos los cargos lo hacen. Si hay que conducir una furgoneta, se hace para que así no conduzcan ni los entrenadores ni los jugadores y lleguen lo más frescos posible", afirma Ibarra, que añade entre risas: "Así luego también es menos trabajo para lo mío".
Estas experiencias y las vividas con anterioridad le han hecho estar en muchos pueblos, aunque el propio Ibarra reconoce que de muchos de ellos solo conoce "el trayecto del hotel al pabellón". Aunque uno de los viajes que guarda con especial cariño es el realizado a Granada, cuando el Teknei Zornotza se jugaba el pase a la final de la LEB Plata: "Esa serie fue especial para nosotros y para todo el pueblo". Ahora, en esta nueva etapa, quiere añadir más recuerdos como aquellos aunque ahora aspira a hacerlo con dos equipos diferentes, el Teknei Zornotza y el GDKO Ibaizabal.
la actualidad
Citas clave en muchos frentes
Liga Femenina-2. Los dos equipos vizcainos participantes en la competición afrontan una jornada de mucha importancia. El GDKO Ibaizabal se enfrenta hoy al Córdoba, a partir de las 19.00 horas, en Urreta con el objetivo de sumar un triunfo que les de algo de oxígeno. Por su parte, el Ausarta Barakaldo juega contra el Cortegada, un rival directo, mañana a las 12.30 horas.
LEB Plata. El Teknei Zornotza regresa a la competición tras el parón vivido la semana pasada. Los zornotzarras juegan en Larrea ante el Marbella y esperan que el descanso les haya venido bien para recuperar las buenas sensaciones que tuvieron en la primera vuelta.
"Jugar a baloncesto y que los jugadores sean de mi edad tiene el punto bueno de que los puedo entender mejor"
"Con el GDKO Ibaizabal iba a ir solo un día y al final intento ir tres días más los partidos"
Martin Ibarra
Preparador físico