La viuda de Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, es protagonista de su propia historia, conocida por ser pionera en los reencuentros restaurativos entre presos de terrorismo y víctimas. También lo son los etarras arrepentidos que, en 2011, quisieron pedir perdón a sus víctimas en Nanclares de Oca. Esa es la trama principal de 'Maixabel'.
Imanol Arruti y Asier Navarro charlan con la directora de cine Iciar Bollaín sobre la película más comentada desde su estreno oficial en el Zinemaldia: "Tenía miedo de que, sin verla, se prejuzgara la película y se la tildara de blanqueo"
"Esos encuentros que se muestran en 'Maixabel' ayudan a ver toda esa parte de ETA que desconocemos, así como a la disidencia de ETA, que conocemos aún menos, porque obviamente -dice Bollaín-, la izquierda abertzale no lo divulga, ni la gente cercana a ETA, tampoco, y ellos, sinceramente, no tienen mucha voz".
En su opinión, la cinta "no solo toca el perdón, sino la posibilidad de redención, de arrepentimiento, pero también de comunicación, de entendimiento. Y es universal. Se refiere, por supuesto, a ETA y a sus víctimas, pero la justicia restaurativa se aplica en casos de violencia extrema, también en delitos comunes".
"Y hay una búsqueda de la verdad por parte de Maixabel, ella quiere saber por qué, si conocían a Juan Mari, por qué él y no otro, y esa búsqueda -señala- también me parece potente, es un motor, su motor".
La directora de 'También la lluvia', con la que ganó tres Goyas, va un poco más allá: "Entiendo que hay ahora como una eclosión de películas sobre el tema vasco, pero es que teníamos que hacerlas, y tenemos que hacer más".
"Han sido cinco décadas de espanto y hay muchísimo que contar; es cierto que ayuda ese poquito de distancia y que hace diez años que ETA no mata. Pero el mundo de ellos no está sabido, en realidad -reflexiona- el de las víctimas, tampoco".