Para desconectar y coger fuerzas durante las vacaciones o una escapada de fin de semana no es necesario viajar a lugares remotos. Tenemos la suerte de vivir rodeados de belleza en todas sus magnitudes: ciudades históricas de lo más cosmopolitas, parques naturales que quitan el sentido, acantilados abruptos desde los que admirar playas kilométricas o calas salvajes… La variedad de los paisajes y los rincones más idílicos de Euskadi y Navarra, los convierten en destinos de cinco estrellas donde la diversión, la exquisita gastronomía y el buen ambiente están asegurados.
Bizkaia
Bilbao, la atracción por la vanguardia y el amor por la tradición
La capital bizkaina es conocida por su arquitectura moderna y vanguardista, que contrasta con su patrimonio histórico. Sin duda, el Museo Guggenheim, cuya arquitectura desafiante y curvilínea deja al visitante con la boca abierta, constituye uno de los reclamos más reputados, pero Bilbao ofrece otras joyas culturales como el Museo de Bellas Artes o el Museo Marítimo con la Grúa Carola de fondo.
Su imagen actual y cosmopolita convive con su historia industrial, conservando edificios y elementos del siglo pasado que resultaron clave en el desarrollo y crecimiento de la villa. Destacable mencionar la enorme transformación de la isla de Zorrotzaurre, que modificará su característico aire industrial para devenir la cuna de la gran innovación. A pesar de su legado fabril, Bilbao cuenta con numerosas zonas verdes y espacios naturales, como el Parque de Doña Casilda o el Parque Etxebarria, en los que descansar, practicar algún deporte o, simplemente, pasar el rato.
“ Destacable mencionar la enorme transformación de la isla de Zorrotzaurre, que modificará su característico aire industrial para devenir la cuna de la gran innovación ”
Un plan recomendable es estirar las piernas por el paseo de Abandoibarra mientras se divisa la ría del Nervión y construcciones imponentes como el puente de Calatrava, las Torres Izozaki o la Torre Iberdrola, para acabar llenando el estómago de felicidad en cualquiera de las zonas de pintxos; Ledesma, Moyúa, La Plaza Nueva y las Siete Calles del Casco Viejo, el mercado de la Ribera… Las posibilidades para acertar son infinitas.
Para los amantes del fútbol, el nuevo San Mamés es una de las visitas obligadas, especialmente si hay partido. Dentro de la llamada ‘Catedral’ es posible contagiarse del furor de los aficionados y entender por qué el Athletic constituye casi una religión para los bilbainos.
En resumen, Bilbao es una ciudad con una mezcla interesante de arquitectura moderna y patrimonio histórico, una rica cultura, una deliciosa gastronomía, espacios naturales y una gran pasión por el deporte.
Castillo de Butrón, el perfecto plan de día
En Gatika, arropado entre árboles centenarios, el castillo de Butrón destaca como una de las fortalezas más bonitas de Euskadi. Este espacio, hoy idílico, fue testigo de cruentas batallas en el pasado, ya que la familia de Butrón representó durante las guerras banderizas al bando de los Oñacinos.
“ En el siglo XIX el aspecto medieval del Castillo de Butrón fue modificado para asimilarlo a su estado actual. ”
A día de hoy es posible disfrutar de la belleza del castillo desde el exterior, por lo que la visita es gratuita y no necesita reserva. Su estructura actual, parecida a los castillos de Baviera, ha ido variando en el tiempo; en el siglo VIII fue una edificación construida en la Anteiglesia de Gatika; en el siglo XI fue transformada en torre medieval; en el siglo XIV, la torre se convirtió en castillo, pero tras las luchas entre bandos el castillo fue abandonado hasta llegar a estar en ruinas. En el siglo XIX su aspecto medieval fue modificado para asimilarlo a su estado actual.
Para los interesados en visitar esta joya arquitectónica les irá bien saber que la visita es breve, pero que alrededor del castillo hay campas y mesas donde poder pasar un agradable día en familia. Si se busca un plan más activo, es muy recomendable remontar la ría de Butrón desde el municipio de Plentzia en busca de este espectacular castillo.
Ea, un pueblo diferente y especial
Ea, no defrauda. Este pequeño pueblo ubicado en la comarca de Busturialdea constituye uno de los enclaves más llamativos de la costa bizkaina. Su pequeño casco histórico y sus cuatro puentes de piedra que pasan por encima de la ría encandilan por su sencillez y belleza rural. Es muy recomendable perderse por su pequeño casco histórico hasta llegar al mar, recorrer el paseo de la Tala y disfrutar del movimiento incansable de las olas.
“ El viajero no puede despedirse de Ea sin visitar la ermita Talako Ama que ofrece una panorámica de película con la fuerza del Cantábrico como principal protagonista. ”
El viajero no puede despedirse de Ea sin visitar la ermita Talako Ama, a la que se llega desde un reconfortante camino de poca dificultad que recorre la ladera del monte hasta llegar a la atalaya. Aunque el esfuerzo no sea demasiado acusado, la recompensa es inmensa: una panorámica de película con la fuerza del Cantábrico como principal protagonista.
Ea cuenta con varias calas de piedra protegidas por acantilados escarpados y densa vegetación. Lugares que harán las delicias de los amantes de la naturaleza, y perfecto para una jornada de buceo. A pesar de ello, la playa urbana del municipio es la que mayor accesibilidad ofrece y la que presenta los mejores servicios.
Por último, cabe destacar que otro de los grandes atractivos de Ea son sus caseríos, una fiel representación de la arquitectura tradicional de Euskadi. Una preciosa estampa que servirá para el recuerdo y para revivir los grandes momentos disfrutados en esta localidad.