“No pensaba que iba a jugar ningún partido, pero esto es el Parejas”, manifiesta Iker Irribarria. En el retrovisor, una carrera salpicada de experiencia en la élite manista. Sabe que es una maratón. Hace falta mirada larga.
Iker tiene 26 años, pero habla como un veterano. No en vano, prácticamente desde que se estrenó con Aspe (22 de marzo de 2015), se vio inmerso en un cambio generacional obligado en la firma de Eibar por las bajas de pelotaris de la talla de Juan Martínez de Irujo, Titín III o Yves Xala en poco tiempo.
“ El Parejas es un campeonato muy largo, muy exigente. Siempre hay alguna opción ”
El zurdo de Arama respondió: en su primer Manomanista en Primera, en 2016, clavó el camino de la leyenda de Ibero. Desde la primera fase a la txapela. Tenía 19 años. Llevaba menos de año y medio en la Liga de Empresas. Batió el récord de precocidad de Rubén Beloki y está en los libros de historia de la pelota a mano. Y más datos: campeón del Parejas en 2017 con Rezusta, campeón del Manomanista en 2019 y finalista del Manomanista de 2017 y del Parejas de 2019 con Zabaleta. Primerísimo primer espada.
Ocho txapelas del Parejas en el estelar
Parece que ha llovido mucho, pero no es tanto. La pandemia del covid-19 genera amnesia. Aspe decidió no alinear al aramarra en el presente campeonato en favor de Aitor Elordi y en las anteriores suplencias en la delantera se optó por Danel Elezkano –fue el recambio de Jokin Altuna en dos ocasiones–. Pues bien, la baja del mallabitarra abre una línea de luz para Irribarria. La promotora anunció el lunes que será él quien sustituirá el viernes a Elordi. El frontón Iparralde, de este modo, se encontrará con un partido lleno de txapelas. Ocho del Parejas entre los cuatro: dos de Ezkurdia (2018 y 2020), otras dos de Martija (2020 y 2022), la ya mencionada de Iker y tres de Zabaleta (2013, 2018 y 2021).
“ No creo tener presión. Mi objetivo es hacer las cosas lo mejor posible ”
“Este partido lo tomo como un regalo”, concreta el delantero guipuzcoano, quien reflexiona que “me hace ilusión”. Lo cierto es que Irribarria vive una semana con apenas descanso. Está programado este miércoles en el telonero del festival de Mungia en un encuentro de compromiso. Juega con el recién debutado Arkaitz Eskuza frente a Danel Elezkano y Aarón Arbizu. Con solo 24 horas de respiro, afronta su primer choque del Parejas en el frontón Iparralde. Cambia todo: la velocidad, el material, la exigencia. Irribarria es cauto: “Veremos cómo termino el partido de San Antontxu. A partir de ahí, me centraré a tope en Urduliz”. “El Parejas es un campeonato muy largo, muy exigente. Siempre hay alguna opción”, especifica.
Fuera del foco del campeonato, Irribarria afirma que “tengo ganas de demostrar, pero también de disfrutar, que muchas veces nos olvidamos de eso”. “No creo tener presión. Mi objetivo es hacer las cosas lo mejor posible”, certifica el aramarra, quien admite que “en los últimos partidos estoy siendo competitivo. Doy velocidad a la pelota y me siento bien. No he conseguido muchas victorias, pero estoy tranquilo. Estoy entrenando bien y metiendo ritmo a los partidos”. La misión: echar un capote a Elordi. “José Javier es un pelotari que abre muchas diferencias. Aitor está haciendo muy bien lo suyo, que es rematar, y espero hacer lo mismo”, cuenta el zurdo.
El material
Respecto a las singularidades de un estelar de campeonato, una de las cuestiones que entra en juego es el material. “Son pelotas con más tiro. Espero ponerme bien y tomar las medidas”, recita el de Arama. Con todo, al ser un pelotari de golpe, coincide en que “me viene bien”. “Quizás sufro al inicio, pero es importante que Zabaleta marque la diferencia y no tengamos mucho que defender”, explica. En ese aspecto, Ezkurdia es un mal rival. “Al inicio, con las pelotas con sebo, Joseba me puede atropellar. Con el cuchillo entre los dientes, no te deja ni respirar”, certifica.