Iker Núñez, jugador del Urduliz: “Soy de cabeza fría”

Iker Núñez (Bilbao, 15 de diciembre de 2003) es prácticamente un imberbe en el fútbol cuasi profesional, en una Tercera RFEF donde incluso hay algún jugador que le dobla en edad. Sin embargo, el defensa del Urduliz, equipo que pelea por la permanencia, es el único futbolista de campo de la categoría –el otro es Ibon Barandiaran, portero del Leioa– que luce pleno de minutos en las veinte jornadas recorridas, un dato que pone en valor a un jugador curtido en el Danok Bat y con pasado en el Athletic alevín e infantil, donde compartió vestuario con Luis Bilbao, Unai Gómez, Gere, Ispizua… hoy en día en el Bilbao Athletic. “Lo que aprendí en Lezama se queda para siempre”, dice.

Han sumado en las últimas cinco jornadas, pero siguen cerca de la zona de descenso. ¿Qué le falta a este Urduliz para huir definitivamente de la quema?

Estamos contentos porque cumplimos el objetivo que nos dio el míster, pero sí nos falta acierto de cara a gol. Llevamos puntuando en todos los partidos de esta segunda vuelta ante rivales difíciles, como en casa frente al Barakaldo y el Basconia, también fuera en Deusto y luego la victoria ante el Lagun en Azkoitia. No falta sumar de tres en tres.

Y en entrevista a este diario decía también su entrenador, Alain Arroyo, que debían tomar mejores decisiones.

Sí, porque también se nos han ido puntos por un detalle. Igual merecemos ganar y nos llevamos solo un punto, que también es importante, pero nos vamos con sabor agridulce de boca, como en el partido ante el Basconia, que, por un error, se nos escapó la victoria.

¿Dónde va a estar la clave en estas diez jornadas que restan?

Seguir en el camino en el que vamos y tener más acierto en esos detalles de cara a gol, no conceder y no cometer fallos que te pueden costar el partido. Por lo demás, las sensaciones no son malas y se ve que estamos a un mejor ritmo.

Es el único jugador de campo de la categoría que ha jugado todos los minutos. ¿Cómo explica que sea así en un defensa?

Estoy muy contento, sobre todo por la confianza que me están dando, también de cara a que no estoy teniendo lesiones que el año pasado (Danok Bat juvenil) sí me lastraron. Estoy aprovechando cada minuto, entrenando fuerte, aprendiendo y haciéndome a la categoría.

¿Cuántas cartulinas amarillas ha recibido?

Tres. No me suelen sacar amarillas por protestar o por hacer faltas, digamos, tontas. Nunca me han sacado una amarilla por protestar y las que me han sacado han sido por faltas que no me ha quedado más remedio que hacer.

Es de cabeza fría, vamos.

Sí, soy frío, no soy caliente en el sentido de impulsivo.

Defínase como defensa.

Central con buen manejo de las dos piernas, fuerte, rápido a la espalda y poderoso en el juego aéreo.

¿El manejo de balón lo aprendió en Lezama?

Sí y en Mallona con el Danok Bat. Yo jugaba de lateral cuando estuve en Lezama en alevín e infantil. Éramos esponjas. Se trabajaba mucho la técnica con balón, el control. Eso se queda para siempre. Lo aprendí con ocho años y desde entonces lo trabajas para pulirlo.

¿Quién es su jugador referencia?

Iñigo Martínez, por el liderazgo que tiene, por sus características técnicas, por todo.

También ha metido goles.

Marqué las dos primeras jornadas y espero volver a hacerlo en lo que resta de liga. Me dieron confianza para luego seguir yendo arriba y tuve ocasiones para elevar esa cuenta.

Uno de sus goles los hizo en Lasesarre ante el Barakaldo, donde su padre (Joseba Núñez) es el director deportivo. ¿Le dieron de cenar en su casa esa noche?

Sí (risas). Por lo menos él salió feliz, ganó su equipo y ganó su hijo. Marcar un gol en un campo como Lasesarre me hizo mucha ilusión, aunque nos metieron el 2-1 en el último minuto y fue una pena.

¿Qué le comentó su padre?

Que hicimos un buen partido, la verdad es que les presionamos bastante allí y en casa también, donde les tuvimos contra las cuerdas un rato. Él está muy contento conmigo.

¿Le aconseja mucho?

Como al saber tanto de fútbol, antes de los partidos me dice que si este delantero te va a chocar o tal. En esos matices, me ayuda bastante, lo cierto.

¿No le llega a agobiar?

No, porque sé que me viene muy bien para mejorar.

Igual le ficha para el Barakaldo el próximo curso, algunos dirían que es enchufe.

(Risas) Prefiero estar apartado de eso, aunque sí me gustaría, porque tiene un equipazo y un proyecto muy bonito, la verdad. Quiero ir por mi cuenta y que me lo gane yo.

Comparte el fútbol con sus estudios de Radioterapia y Dosimetría. ¿Cuál es su prioridad?

Los estudios siempre son más importantes, pero el fútbol, aunque me quite tiempo, también es prioritario, sin duda.

¿Se ve viviendo del fútbol?

Ojalá, pero es muy difícil. Lo voy a intentar, pero no puedo dejar de lado los estudios. Es mi primer año en Tercera RFEF, creo que lo estoy haciendo bastante bien, me estoy adaptando a la categoría y creo que puedo llegar a una categoría superior. Aquí no te puedes relajar en ninguna acción, a la mínima te roban la cartera.

¿Qué delantero le ha dado más guerra?

Los que más, los dos grandes del Barakaldo, Orozko y Cortezón. Hasta ahora jugaba con los de mi edad y te encuentras jugadores de este perfil, con un gran poderío, te chocan distinto a cómo se hace en juveniles. Ante este tipo de jugadores es cuando más estoy aprendiendo.