No hace falta casi ni un segundo. Hoy, cualquiera con un dispositivo móvil por sencillo que sea puede hacer y distribuir una imagen, editándola por el camino con un par de gestos. En ese contexto, la apuesta que durante estas semanas acoge el espacio expositivo del centro cívico Zabalgana parece casi un ejercicio de resistencia, una reivindicación del tiempo y de la luz, del juego entre ambos. Son unas 75 las creaciones que componen una muestra que se puede visitar hasta el próximo 12 de octubre, una propuesta detrás de la cual se encuentra alumnado de la Escuela de Artes y Oficios de la capital alavesa, personas reunidas para la ocasión en el colectivo Foto Lenta.
Jorge Amedo, Vicente Selles, Carmen Martín, Gloria Martín, Marta López, Mauro Sánchez, Ivan Urarte, Txemi Ircio, Rakel Rivera, Andoni Aguirre, Iosu Samaniego, Josean Barroso, Elena Mediavilla y Koldo López Castro son los protagonistas de este primer paso del grupo que no se sabe si tendrá continuidad, pero que sí ha querido llevar su trabajo bajo el paraguas del centro formativo de la capital alavesa más allá para encontrarse con el público.
“Las personas integrantes del grupo quieren contextualizar, teorizar y poner en práctica una fotografía y un tempo lentos que den espacio a la reflexión y toma de conciencia del acto fotográfico”, apuntan desde la exposición. “En un siglo XXI caracterizado por la tecnología y la inmediatez, el objetivo principal del grupo es promover y potenciar un ritmo más pausado y contemplativo que permita elaborar un discurso propio. Prestar más atención a los pequeños detalles, a lo cotidiano, al no ruido, para mirar más y mejor”.
Como explican sus responsables, el proyecto “se sustenta técnicamente en la fotografía química tradicional. En otras palabras, en la utilización de las películas tradicionales, que tras ser reveladas, ofrecen imágenes que serán ampliadas en papeles fotográficos sensibles tradicionales”. Según describen, “fotografiar de esta manera implica lentitud, sosiego, paciencia... Los resultados no son inmediatos, con lo que el resultado final se hace esperar, y es en esa espera donde se ilumina todo un horizonte de sorpresas”.
En este sentido, la producción atiende a dos grandes conceptos: por un lado, el entorno, el espacio creado o sugerido y el espacio físico en el que suceden los acontecimientos; y por otro lado, la presencia del otro, la aproximación a la idea de retrato y autorretrato. Así, “la muestra aborda varias técnicas diferentes: revelados convencionales, solarigrafías, solarizaciones, empleo de brochas y trapos... reminiscencias de un pasado que nunca ha sido tan contemporáneo y actual” para trabajar sin perder de vista otro concepto básico, la libertad.
“Foto lenta es el proceso que convierte un instante en una eternidad. Vivimos en un contexto en que la inmediatez es la protagonista de nuestra vida, el control con un click… Y de repente ese click con una cámara analógica lo cambia todo, lo primero el tiempo, nunca es una imagen aislada, unos minutos, horas, días, quizá meses que inmortalizamos en instantes que no podemos ver hasta que revelamos el negativo. Después en el laboratorio seguimos disparando sin cámara utilizando el papel y la luz como aliados en el proceso. El arte de la fotografía es un acto de generosidad en la que reflejas lo que tú quieres ver como público”.