Imanol de la Sota (Santurtzi, 2 de abril de 1975) delata que la noche del sábado al domingo se hizo un poco larga después de que el Barakaldo, al que entrena, consumara en Azkoitia el ascenso a Segunda RFEF con su victoria sobre el Anaitasuna a falta de cinco jornadas para el cierre de la liga regular. Su garganta está castigada por los daños colaterales que genera una fiesta bien merecida, aunque el vizcaino, que el curso pasado dirigió al Bilbao Athletic hasta que fue destituido por la cúpula de Lezama que presidía por entonces Rafa Alkorta, asoma su perfil cercano y pone el acento en que su equipo está cerca de alcanzar la perfección: “Nunca había vivido esto, ni siquiera en situaciones en las que he estado arriba”.
Ya conseguido el ascenso, al que solo le faltaba poner fecha. ¿Se sienten ya liberados?
—Estamos contentos por conseguir el que era el gran objetivo. Lo que vivimos ayer (por el sábado) fue espectacular, por la manera en la que ha competido el equipo durante toda la temporada. Hemos conseguido ilusionar al equipo. ¿Liberar? Sí, porque hemos consumado lo que buscábamos. Lo estamos disfrutando, pero el martes ya toca trabajar, porque así lo pide un grupo que es muy ambicioso, sabe que le quedan retos por conseguir. Por respeto a nosotros y a la competición.
¿Ese reto del que habla es cerrar la liga como invictos?
—Sí, entre otros objetivos. Este equipo ha batido marcas que no se daban desde hace años y si surgen más, irá a por ellas. Acabar invictos es una posibilidad y vamos a ir por ello.
O sea, que nadie se crea que, a partir de hoy, es más fácil ganar al Barakaldo por el hecho de haber ascendido.
—No, no. no… Vamos a ir a competir, pero sobre todo por respeto a los rivales, conscientes de que son muchos los que se están jugando la vida.
De puertas afuera, se deduce que el Barakaldo, viendo los números que ha firmado, se ha paseado por la categoría. ¿Es así?
—Los que nos han seguido no lo piensan así. Ayer mismo (por el sábado) el partido fue complicado. Cinco minutos antes de marcar Iker (Pedernales) y proclamarnos campeones, Jon (Tena) hace un paradón a bocajarro. Sí es verdad, y lo hemos hablado a veces, que el Barakaldo ha pasado de tener una buena plantilla a ser un gran equipo, sobre todo porque se han juntado muchas cosas, entre ellas el equilibrio en un grupo que ha valorado más los objetivos colectivos que los individuales.
Es decir, que han acertado en el proyecto a la hora de hacer fichajes.
—Totalmente, y no hay más que mirar los números, somos la mayor referencia a nivel estatal. Y luego la gente que está cerca lo dice, somos un grupo humilde, trabajador.
Y porque también han tenido pasta para fichar.
—Eso lo sabe usted muy bien. La pasta no lleva siempre al éxito y la pasta, que haya o no, no lo sé. Desconozco lo que cobra cada uno, pero igual sorprendería lo que se cobra.
A los entrenadores le gusta destacar el matiz colectivo. ¿Pero a Imanol, como entrenador, le ha sorprendido las prestaciones del algún jugador suyo?
—Les conocía a muchos de ellos, con los que ya había trabajado antes, en el juvenil del Eibar, en la Cultural… ¿Sorprenderme? Me han sorprendido todos y todos los jugadores del Barakaldo son a día hoy mejores que cuando empezamos la temporada.
¿Es su mayor éxito como entrenador por la forma en que ha conseguido el ascenso?
—Cuando formas parte de un grupo tienes tu cuota de culpa, pero también tienes un grandísimo cuerpo técnico. Soy de los que piensa que los jugadores son los verdaderos artífices. ¿Mi mayor éxito? He ganado tres ligas con el juvenil del Athletic, un ascenso con la Cultural de Durango… Esto sí que ha sido más espectacular por los resultados y los números, que son la hostia, ha sido un espectáculo.
Dice que sus números son la hostia. ¿Han alcanzado la perfección o les falta algo?
—En los últimos tres partidos poco ha faltado para la perfección. Quizá hemos sido un equipo que hacemos muchos goles, pero por lo que generamos nos ha faltado un pelín más de eficacia para ser perfectos. Ayer (por el sábado) fue uno de los partidos que menos hemos generado y ganamos.
¿Hubo algún momento en que llegaron a dudar de que se les podía escapar el ascenso?
—No. En una liga de solo treinta jornadas somos campeones a falta de cinco. Ha ido todo muy bien y no hemos llegado a entrar en una racha negativas de resultados que nos hiciera dudar.
¿Le ha sorprendido que no hayan tenido más competencia, que los de atrás no les haya apretado?
—No creo que no haya habido competencia, sino que nuestros números han sido espectaculares. Es muy difícil seguir nuestro ritmo. Hasta el partido en Lasesarre la semana pasada, el Leioa en la segunda vuelta solo había sacado un punto menos que nosotros. Lo que pasa es que el Barakaldo ha estado cerca de hacer una temporada perfecta y yo nunca había vivido esto, ni siquiera en situaciones en las que he estado arriba.
¿Le pone el reto de entrenar a un club histórico como el Barakaldo?
—Cuando más presión haya es un reto más bonito y si lo consigues sacar adelante, ni le digo. He disfrutado muchísimo este año y encima se ha generado la ilusión de que el equipo ha dado lo que ha dado. El Baraka es un club muy especial, con una masa socia increíble.
¿Este éxito le sirve para reivindicarse tras lo que sufrió el año pasado ene el Bilbao Athletic, con su destitución?
—En el mundo del fútbol no se trata de reivindicarse o no. Hay circunstancias que se escapan de tu control, que hace que las cosas no vayan bien. Nunca he vivido una situación como la del año pasado y esto es aprendizaje. Ni antes eras muy malo, ni ahora que te salen las ocas eres muy bueno.
Se lo pregunto de otra manera. A toro pasado, ¿la anterior cúpula de Lezama se equivocó con su destino?
—Llevo tiempo sin pensar en eso. ¿Equivocarse? No soy yo el que lo tenga que contestar. Sí me hubiera gustado trabajar de otra manera, durante esos meses, en los que el día a día era bastante complicado por ciertas cosas. Sería absurdo también quejarme de los que me destituyeron porque apostaron por mí y en ese sentido les estoy agradecido.
¿Va a renovar con el Barakaldo?
—Joseba (Núñez), el director deportivo, me dijo que tenía uno más uno y mi prioridad es seguir. Tenemos que sentarnos y hablarlo.
Tienen más tres meses para dar forma al nuevo proyecto en Segunda RFEF, con la tranquilidad que aporta.
—Esta semana hay que celebrarlo y ya llegará en pensar en lo siguiente, porque este club ha pasado momentos duros, sobre todo con la deuda contraída con la Seguridad Social.