No se inventó nada nuevo ni especial con aquello de que "en España viven 40 millones de seleccionadores". O los que sean. En realidad, la frase resulta extensible a todos y cada uno de los equipos del mundo con cierto tirón social. "La Real Sociedad tiene tantos entrenadores como aficionados", podríamos decir nosotros, asumiendo sin problema alguno la dimensión global adquirida por el fútbol. Al fin y al cabo, este deporte resulta grande por el modo en que cala entre su gente. O entre la gente en general. Nos alegramos por las victorias. Nos frustramos con las derrotas. Y durante el camino expresamos opiniones que, eso sí, deben tener un mínimo de base. Porque Imanol gustará más o menos. Pero criticarle un supuesto inmovilismo viene a ser sinónimo de no enterarse de nada. Manda pelotas.
Varios registros
Con Alguacil en el banquillo, he visto a la Real lanzar contragolpes a la velocidad del rayo y amasar posesiones eternas. Con el actual entrenador a los mandos, el equipo ha jugado en largo desde su portero y también ha arriesgado el balón en defensa buscando superioridades interiores. Con el patrón de Orio en la popa txuri-urdin, los blanquiazules se han defendido replegados pero también han saltado arriba para presionar a degüello. Y luego está lo de los sistemas, claro, que parece que es lo único que importa. En esto también, seis años dan para mucho: para el 4-3-3, para el famoso rombo del 4-4-2, para aquel 4-2-3-1 que probaba a Carlos Fernández en la mediapunta, o para dibujos de cinco zagueros como el que nos llevó a la Europa League en el Villamarín hace cuatro meses sólo. ¡Cuatro meses sólo!
Los campitos
No, Imanol no es un talibán de nada. Ni de un estilo concreto, ni de un esquema determinado. Solo lo es del trabajo y de devanarse los sesos antes de cada partido, explorando las posibles vías hacia el triunfo. Desde este humilde espacio le pido perdón por el flaco favor que le hacemos en los periódicos, con los campitos de los días de previa. Nos toca reflejar de algún modo las posibles alineaciones y los puntos de partida que los futbolistas apuntan a tener sobre el césped. Quizás damos pie a pensar, insistiendo como insistía el míster en un 4-3-3 de base, que el plan resulta siempre el mismo, que no se trabajan alternativas. Pero existen pocas cosas más alejadas de la realidad. De un tiempo a esta parte, nuestro equipo ha adquirido un estatus liguero que lleva a numerosos rivales a plantearle encuentros defensivos, de repliegue y contragolpe. Como consecuencia de ello, hay muchos partidos que se parecen los unos a los otros. Y a partir de ahí toca entregar a los jugadores el máximo número de herramientas posibles para ganar. En este último sentido, pocas cajas de utensilios más completas hay en el torneo que la que maneja Alguacil, quien ensaya (y se ve) salidas de tres, movimientos dentro de los laterales, caídas a la mediapunta del delantero centro, inicios por fuera con los interiores metidos a carrileros y un sinfín adicional de permutas que hacen saltar por los aires los dibujitos reflejados en prensa. La crítica resulta sana... si se hace con cierto fundamento.
El rombo
Antes de Valladolid, compartía los análisis previos y bien fudamentados que aludían a las bondades de un posible cambio al 4-4-2. Parece que el entrenador también estaba de acuerdo, porque apretó ese mismo botón el sábado, y el equipo lo agradeció. Subrayemos desde ya, eso sí, que el peligro de los antídotos al rombo empieza a darse desde este miércoles en Niza. Tras meses y meses arrancando (que no jugando) desde un mismo dibujo, todo se explica con que ya te han cogido la matrícula. En el fútbol de máximo nivel, sin embargo, apenas se necesitan unos minutos para que te apunten bien apuntado el número de serie. Mientras usted lee esto, hay cuatro o cinco tipos del staff técnico del Niza analizando el partido del Nuevo Zorrilla, lo cual viene a explicar el complejo contexto en el que nos movemos. Si esta Real termina naufragando, no lo hará por falta de ideas y de alternativas. Sucederá, simplemente, porque compite en la élite y ahí todo el mundo curra a destajo. Como en Zubieta.
EN LA 'NUEVA' EUROPA HAY TIEMPO PARA TODO
Hasta hace no mucho tiempo, posiblemente hasta esta misma temporada, los otoños europeos apenas concedían licencia para fallar, mientras la Liga era la competición con margen de maniobra a la hora de dejarse puntos en el camino. Las tornas para la Real 2024-25, mientras, resultan diametralmente opuestas, por el mal arranque doméstico y por el nuevo formato continental. Cada tropiezo en fin de semana va suponer a partir de ahora una dolorosa puñalada a las aspiraciones clasificatorias del equipo. Y en la Europa League, por su parte, basta con acabar la primera fase entre los 24 primeros (hay 36 participantes) para jugar una eliminatoria en febrero. Las simulaciones realizadas por la UEFA apuntan a que entre ocho y nueve puntos de 24 posibles bastarían en la carrera hacia este modesto objetivo...
BECKER Y LA IMPORTANCIA DE NO FALLAR EL TIRO
No, en el sueldo de los futbolistas no va aguantar o escuchar según qué tipo de cosas. Sheraldo Becker dice que el sábado salió "en defensa" de su mujer y de su familia, y explica desde ese argumento la actitud mostrada durante el altercado que protagonizó en una discoteca de Donostia. Yo puedo entender su reacción, si es que realmente les buscaron las cosquillas a él y a los suyos, pero ante situaciones como esta no podemos permitirnos fallar el tiro. En el fondo, el ya famoso incidente fue lo de menos, residiendo la madre del cordero en la presencia del futbolista en el local a la una de la mañana. Había jugado 90 minutos en Valladolid. El domingo a mediodía había entrenamiento. Y este miércoles en Niza podemos necesitar sus piernas frescas. Veremos si viaja o si media algún tipo de castigo.