María Pilar Uriarte, vecina de Gasteiz de 80 años de edad, tiene múltiples patologías, entre ellas diabetes, y se encuentra en una situación de total dependencia. Desde hace alrededor de ocho meses, además, recibe tres sesiones semanales de hemodiálisis en el HUA-Txagorritxu, de cuatro horas de duración cada una de ellas, para lo que es trasladada –y recogida después– en una ambulancia no medicalizada.
Sin embargo, los "constantes" y prolongados retrasos en el servicio han colmado la paciencia de María Pilar y sus hijos, que acaban de dar parte de esta situación a las autoridades sanitarias del territorio. La impuntualidad a la hora de recoger a la paciente de su lugar de residencia y también del hospital gasteiztarra se repite día sí y día también y en ocasiones se extiende durante mucho más de lo deseable.
"Puedo entender que una ambulancia llegue tarde hasta media hora. Es entendible. Lo que no puede es tardar hora y media o dos horas. Rara vez llegan puntuales", denuncia Susana Ahedo, una de las hijas de María Pilar, en declaraciones a este periódico. La gestión del transporte sanitario programado acaba de cambiar de manos desde hace poco más de una semana en Álava –de Ambuibérica a La Pau–, pero el problema no ha cesado y Ahedo interpuso ayer mismo una reclamación ante la delegación territorial del Departamento vasco de Salud. La hija de María Pilar tiene previsto presentar hoy mismo una segunda queja en el servicio de atención al paciente del HUA.
"Estamos muy hartos de la situación. Hay que entender que es una persona que necesita muchos cuidados, que tiene unas pautas de alimentación y que no puede estar esperando tanto tiempo a la ambulancia, porque sale muy cansada de las sesiones", apunta de nuevo Susana.
Pese a que la familia ha contactado con las empresas concesionarias del servicio "varias veces", sus quejas han caído, de momento, "en saco roto". "Y ya no podemos seguir más así", remarca.