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“Al llegar estos días, me viene a la cabeza la lesión que me impidió jugar la final del Manomanista de 2021 y vuelve ese miedo otra vez”

Iñaki Artola (Alegia, 1994) debutó en el campo profesional con grandes expectativas, pero ha tardado diez años en jugar su primera final
Iñaki Artola, finalistas del Campeonato de Parejas de 2025, posa en Alegia.
Iñaki Artola, finalistas del Campeonato de Parejas de 2025, posa en Alegia. / Arnaitz Rubio

Iñaki Artola ha vivido momentos complicados en su carrera. La falta de continuidad provocada por las lesiones ha sido una constante. Eso sí, jamás ha perdido la sonrisa. Este domingo juega la final del Campeonato de Parejas de Primera junto a Jon Mariezkurrena ante Ezkurdia-Rezusta en el frontón Navarra Arena de Iruñea (17.00 horas). Es un “premio”.

Llega por segunda vez a una final de Primera, pero será su debut, ya que tras alcanzar el partido cumbre del Manomanista de 2021 no pudo jugar por lesión. ¿Qué supone para usted?

—Es un premio. Lo único que está en las manos del pelotari es pelear y hacer méritos por llegar a este tipo de partidos. Después, entran en juego otros factores, incluida la suerte. Trabajamos a diario sabiendo que la recompensa puede que nunca llegue. Siempre es un objetivo, sin duda, pero hay que plantearlo como un premio. Ha llegado y tengo mucha ilusión.

En 2014 debutó con Asegarce –ahora Baiko Pilota– y en poco tiempo empezó a disputar estelares. Han pasado ya diez años, tiene 30, y está en un momento personal muy bueno, pero cuando echa la vista atrás, es momento de valorar las expectativas que desató en sus inicios y sus consecuencias. ¿Cómo las valora? 

—No sé si me han penalizado o no. Es algo que he tenido que trabajar y admito que me ha costado. No tuve muchos partidos en Segunda y cuando empecé en Primera, en mis dos primeros años en el Parejas, llegué a las semifinales. Quizás mi carrera ha sido de empezar muy fuerte para después no estar siquiera en el campeonato. Comenzar así y ver que estás perdiendo tu puesto, no es fácil, pero diría que es lo que más me ha hecho aprender. Llegar a esta final es fruto de ese aprendizaje. Todo cuenta. Por ejemplo, tuve dos años –2022 y 2023– en los que no estuve ni como titular ni como primer suplente. La mejor manera de aprender es a base de golpes. Ahí es donde sientes que no trabajas por llegar a una final, sino porque es tu trabajo y te gusta. A partir de entonces, he valorado más cada partido. Por eso, estas semifinales han sido especiales también para mí. Ahora lo vivo y lo valoro mejor. 

¿Cómo ha gestionado la comparación con otros pelotaris de su misma generación, como Altuna III, Irribarria o Jaka? ¿Ha sido una losa o tal vez todo se percibe de forma distinta desde el vestuario?

—A veces desde dentro se ve todo de una forma más natural. El resultado es importante en el deporte, pero desde dentro lo vemos desde otro punto de vista. Fíjese, ha habido años en los que no he llegado a las finales, pero en los que sí he jugado bien o he sabido gestionar situaciones difíciles y eso aporta mucho. No todo son los resultados que se ven desde fuera. Sí es verdad que tuve que trabajar un poco lo de la comparación. Al fin y al cabo, mi carrera en aficionados fue de forma paralela a la de Altuna, Rezusta o Irribarria. Ver que ellos ganaban txapelas y que yo ni siquiera jugaba en Primera lo tuve que trabajar. Luego aprendes a que cada pelotari tiene su nivel. Veía que jugar una final entraba dentro de mis probabilidades reales y por eso he llegado. 

Prosiga. 

—Es que en el caso más cercano, que además es un amigo y del pueblo de al lado, el de Jokin Altuna, estamos hablando de un pelotari que es uno de los mejores de la historia. No compite por ganar una txapela, sino por diez. Es algo muy diferente. En mi caso, por lo menos, tendré la suerte de jugar una final y espero que no sea la última. 

Los problemas con las lesiones

¿Ha dado muchas vueltas a la cabeza a la rotura muscular que sufrió en la semifinal del Manomanista de 2021 y por la que no pudo acceder a la final? 

—Sí. En su momento fue muy duro. Cada deportista tiene su talón de Aquiles y el mío han sido las lesiones. Me ha tocado parar cada cierto tiempo y además con el trabajo psicológico que conlleva. Es una experiencia que marca. Hay miedos. Al llegar a estos días, te acuerdas de la lesión y vuelve ese miedo otra vez. Podría decir que esta final es una forma de quitarme una espina, pero no sería cierto. No pude jugar, pero siento satisfacción porque llegué a ella. Esta es mi segunda final. 

Lo comentaba antes, pero es cierto que en las temporadas 2022 y 2023 Baiko Pilota no le incluyó en el Parejas e, incluso, le tuvo haciendo suplencias en el campeonato de Segunda. Recuerdo una conversación con usted en 2024 en la que confesaba que estaba a un nivel similar al del año anterior y que le daba más importancia a eso que al escenario.

—Decir que el foco no nos importa, sería mentir. Siempre sueñas con jugar una final. Sin embargo, en el día a día lo que nos queda es enfocarnos en lo que está en nuestras manos, que es nuestro juego, y eso solo lo sabe cada pelotari. En ese sentido, más que por llegar a una final, cosa que me alegra, este año he acabado muy contento porque he sabido sacar adelante situaciones complicadas. Tanto Jon como yo hemos sentido que, comparando con 2019, año que jugamos juntos, hay una mejora, un aprendizaje. En el fondo, eso es lo que más nos llena. 

El factor psicológico

La cabeza hace mucho en el deporte. Lo reconoció la semana pasada Urrutikoetxea cuando anunció su retirada. 

—Axier Arteaga, mi entrenador físico, me ayuda mucho. Cuando empezamos, me explicó que debía trabajar el tema mental y yo le dije que se dejara de chorradas y que se limitara a conseguir hacerme más rápido y que me lesionara menos. Han pasado dos años y pico desde entonces y reconozco que tenía razón. La cabeza influye un montón. Es un factor importante. Voy aprendiendo y me queda mucho. Seguiré en el mismo camino.

Y no pierde la sonrisa. 

—No. Lo que estamos viviendo es la leche. Formamos parte de un deporte en el que un montón de gente pone su trabajo voluntario; así que poder vivir de ello hay que valorarlo muy positivamente. 

En 2024 sufrió cinco lesiones musculares y estuvo sometiéndose a varios estudios para dar con la solución.

—En este campeonato también he sufrido alguna lesión. He aprendido a gestionarlas mejor. En mi primer partido, venía de una rotura de fibras y he dado mejor nivel que otras veces. No ha influido en mi confianza. He sabido salir de ahí. En los entrenamientos, además, he cambiado la planificación. Hemos acertado.

La final

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Jugarán la final en el Navarra Arena. 

—No podemos hablar mucho del frontón. En los demás tenemos más experiencia y puedes valorar algunas estadísticas, pero en este caso, como jugamos tan pocas veces, tengo poco que decir. Ezkurdia ha ganado dos finales allí, pero perdió la del Manomanista contra Laso; mientras que Beñat y yo hemos jugado muy poco. 

¿Qué puede decir de los rivales: Ezkurdia y Rezusta

—Lo evidente: están jugando a mucho nivel. Puede pasar cualquier cosa, pero no podemos limitarnos a esperar un partido fácil. Hay pocas probabilidades de que ellos tengan un mal día, porque durante todo el Parejas han demostrado que forman una combinación potente: pierden poca pelota y son sólidos. Sabemos que tendremos que jugar mucho para ganarles. En los dos precedentes hubo cosas que mejorar, pero no nos quedamos con malas sensaciones y, sin embargo, no nos sirvió para ganar. Esta vez tendremos que jugar igual o mejor. Sabemos que si damos lo nuestro, tendremos opciones. Veo una final abierta.

2025-03-28T18:09:03+01:00
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