“Estamos buscando una explicación, pero todavía no hemos dado con ella”, describe Iñaki Artola. La sonrisa no se borra de su rostro cuando vuelve al ruedo, porque, como él mismo reconoce, lo que desea es “estar en la cancha”, mas acumula cinco roturas de fibras desde junio que han mediatizado su continuidad y su confianza. En el Cuatro y Medio de San Fermín se fracturó el sóleo de la pierna izquierda, en agosto se vio frenado por una lesión en el aductor de la pierna izquierda, se retiró de San Mateo por un pinchazo en el aductor de la derecha; después, llegó justo al Cuatro y Medio y su participación quedó varada por una rotura de fibras en los isquiotibiales de la pierna izquierda.
Esa última dolencia evitó que participara en las dos primeras jornadas del Campeonato de Parejas, mientras que el 30 de diciembre se conoció que sufría una pequeña fractura en el dorsal oblicuo abdominal. “Nada extraño para los pelotaris”, según revela el propio afectado.
Con este bagaje, el alegiarra busca respuestas en la ciencia. “Estamos trabajando con la nutricionista y haciendo analíticas especiales para ver qué sucede. Con los entrenamientos puedes minimizar el riesgo, pero parece que tengo cierta tendencia a las roturas musculares”, desgrana el manista de Baiko Pilota, quien disecciona que “estamos intentando hacer algo, a base de cambiar entrenamientos y dar importancia al descanso, a los masajes”.
Tendencia a las roturas musculares
“Mi sensación es que cuando tienes continuidad de partidos, como me ocurrió el año pasado, vas mejor en todo. Si empiezas a parar, al reaparecer tienes más probabilidades de romperte y no sales del bucle”, reflexiona Artola.
En imágenes: Artola-Mariezkurrena II y Peña II-Albisu seleccionan material en Etxebarri para la novena jornada del Parejas.
El guipuzcoano, que comparte gerriko con Jon Mariezkurrena en el Parejas, regresa a las hostilidades el sábado en Etxebarri tras dos jornadas de inactividad forzosa. Beñat Senar, sorpresa agradable de los últimos meses, le sustituyó con un balance de una victoria y una derrota, pero emitiendo buenas sensaciones.
“El miércoles hice una prueba exigente y no sentí nada. Forcé un poco y las cosas fueron bien. No noté dolor, por lo que al final de la sesión terminé por olvidar la lesión”, analiza el alegiarra, quien recuerda que “en el partido sentí molestias, pero no les di demasiada importancia. Después, al palpar la zona me quedé un poco mosqueado. El día del encuentro del Beotibar, por si acaso, fui al fisio para descartar la lesión. Hubo malas noticias”.
La continuidad
El historial de Artola, no obstante, favorece la detección de problemas que le han asediado de los 25 años en adelante. “Hace tres temporadas habría pensado que eran agujetas. A estas alturas me conozco lo suficientemente bien”, describe Iñaki, quien añade que “era una lesión pequeña y la suerte es que la vimos rápido. Si lo hubiera dejado pasar, se habría abierto”.
“Me está costando coger continuidad desde el verano. He tenido muchos parones. Daba un poco de miedo ver el calendario después de volver de la lesión del Cuatro y Medio y lo he notado. Estaba vez ha sido una baja de dos jornadas. No es tiempo para perder juego. Si estás un mes fuera, sí que lo percibes”, remacha Artola.