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Navarra

Iñaki Reta, con el acordeón rumbo a las Américas

El profesor, jotero y músico Iñaki Reta posa con tres de sus acordeones antes de partir a Estados Unidos.
El profesor, jotero y músico Iñaki Reta posa con tres de sus acordeones antes de partir a Estados Unidos.

Fue el acordeón del confinamiento en Lezkairu, pero ya antes era una de las caras conocidas del folklore navarro. Impulsor de la Escuela de Jotas de Irabia y de otra en Vitoria-Gasteiz, miembro de Voces Riberas, Iñaki Reta, nacido en Vitoria hace 37 años pero peraltés de adopción y corazón, cruza ahora el charco. Y se marcha a hacer las Américas en el mejor sentido de la palabra. El músico y profesor desde hace 14 años en Irabia va a aprovechar su nueva oportunidad como docente en un colegio de Concord (California), para recorrer las euskal etxeak de aquellos pagos y amenizar las fiestas que la diáspora navarra todavía celebra cada año. Ya lo hizo hace unos años, y ahora vuelve con la sensación de que "es una oportunidad única para aprender".

Iñaki Reta está haciendo las maletas y ya ha metido una de sus cuatro acordeones en el equipaje. Es una nueva que se ha comprado, porque aún no ha recuperado la que le robaron en la Txantrea. Así cuenta cómo ha surgido la oportunidad. "Me apunté a una convocatoria del Ministerio de Educación para profesorado en varios países, y ha sido un proceso muy duro de exámenes, pruebas orales, etc.", explica y añade que "opté por California y al final me ha salido bien. He obtenido plaza en la ciudad de Concord, que está a 50 kilómetros de San Francisco. Voy a un colegio de Infantil, en un programa de inmersión lingüística dual y yo seré el de español".

Reta eligió California porque hay un hilo invisible que le une: "En 2008, fui por primera vez allí. Mi jefe en Irabia, Pete Pérez, responsable del departamento de inglés del colegio, nació en Los Ángeles (California). Sus padres son de la diáspora navarra, de los que fueron como ovejeros a América". Gracias a ellos, en 2008, según añade, "cuando me fui a aprender inglés, pude contactar con mucha gente. Estudiaba el idioma, y, a cambio, tocaba en las euskal etxeak de allí. Fue un auténtico bombazo, me llamaban de todos los lados", recuerda. Sobre todo conoció las de Chino, una ciudad al lado de Los Ángeles, y Bakersfield, en el suroeste americano. Y no ha parado. Aquello le sirvió para coger experiencia y desarrollar su carrera en el extranjero.

LOS 'PICNIC' VASCOS

Las celebraciones de la diáspora son frecuentes en Estados Unidos, y no falta la música, la comida y los bailes. Son los picnic vascos, en los que Iñaki Reta, músico y jotero, encajaba a la perfección. "Cada euskal etxea por allí celebra anualmente su fiesta particular, y yo estuve en muchísimas, contratado, para tocar el acordeón y cantar jotas". Ahora, años después, "era un sueño irme a trabajar y estar más cerca de las comunidades y la diáspora", confiesa Reta. Ya se conocerá más de una decena de euskal etxeak, aunque hay muchas más.

"La fiesta más relevante es la de Boise, en Idaho, en el oeste americano, que se celebra cada 5 años". La famosísima Jaialdi de Boise es como la fiesta de todas las euskal etxeak y tiene lugar a finales de julio. Recuerda aquellas historias, sonidos y tradiciones centenarias de quienes emigraron a EEUU, los valientes pastores vascos que convirtieran aquellas tierras hostiles en su fuente de sueños y su futuro. "El año pasado, 2020, por la pandemia no hubo y, por ello, se ha pasado a 2022. Me gustaría estar ahí entonces", señala Reta.

El 14 de julio, Reta se marcha a Estados Unidos para largo tiempo: "Mi idea es estar allí dos años", y, aunque es soltero, echará de menos a su familia, que vive en Peralta. "Las escuelas de jotas que dirijo, la de Irabia y la de Vitoria, se quedan en las mejores manos, las de Marta Peruga, mi compañera". La primera la fundó en 2013 y la de Gasteiz, en 2017, ésta vinculada al hogar navarro. En total, unas 85 personas que van desde los 5 a los 79 años.

ARRANCA EN SAN FRANCISCO

El periplo musical de Iñaki Reta por las Américas ya tiene fechas confirmadas. Arranca en el picnic de la euskal etxea de San Francisco a finales de agosto, y le seguirá el de la ciudad de Chino, el primer fin de semana de septiembre. "Estas fiestas mantienen las raíces y la cultura vasca como antes. Parece una cápsula del tiempo". Conservan incluso la indumentaria (la boina y las alpargatas) de los años 30 y 40, y muchos términos del euskera de antaño, que han perdurado generación a generación: "Pero para mí lo más especial es hablar con ellos, escuchar sus historias y cómo emigraron... Y ellos se emocionan muchísimo". Aquellos borregueros de EEUU "se pegaban tres meses en el desierto sin ver a nadie", un trabajo durísimo. Algunos volvieron, pero otros se quedaron para siempre. "De hecho, tienen sus propios grupos de danzas y de música. Mi amiga Andrea Bidart, por ejemplo, creó un grupo llamado Noka, que recibe el nombre de un euskera muy antiguo que se hablaba entre mujeres".

A Iñaki le brota la emoción. Y eso que aún tiene dos citas importantes en el calendario folklórico pamplonés antes de despedirse: "El 7 de julio, cantaremos con la Escuela de Jotas en San Lorenzo, en la misa de la escalera, a las 6 de la tarde, y el 12, a las 20.00, en la Ciudadela, también con Marta Peruga". Y cuenta los días para volver a San Fermin: "Para los de 2022 me cogeré vacaciones", confía.

2021-06-27T15:58:03+02:00
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