Iñaki Urdangarin ya no tendrá que pernoctar en la cárcel de Zaballa (Araba) desde este jueves, después de que se le haya eximido por su buen comportamiento y el cumplimiento de sus obligaciones.
Según han informado fuentes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, este organismo ratificó este martes la resolución de la Junta de Tratamiento de aplicar al exduque de Palma el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario.
Urdangarin, que cumple condena de 5 años y 10 meses por el caso Nóos, ingresó el 1 de marzo en la prisión de Zaballa, donde ha tenido que dormir de lunes a jueves en régimen abierto.
A esta cárcel fue trasladado desde el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid). El cuñado del rey ingresó en la cárcel de mujeres de Brieva en junio de 2018 por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en el caso Nóos.
Desde el mes de septiembre del año pasado acudía a Pozuelo de Alarcón (Madrid) para hacer labores de voluntariado en una ONG de atención a personas con discapacidad, donde acabó su labor a finales de febrero.
Urdangarin solicitó su traslado a la cárcel alavesa, ubicada a unos catorce kilómetros de Vitoria, por el arraigo con la ciudad, de la que es natural y en la que viven su madre y varios de sus hermanos.
A partir de ahora, Urdangarin tendrá que cumplir con un control semanal, presentándose personalmente en la prisión o telefónicamente cuando esté fuera de Gasteiz, y seguir con el programa que está desarrollando para condenados por delitos económicos.
También deberá mantener su actividad profesional en el despacho de abogados de Gasteiz donde trabaja como consultor desde marzo.