Iñaki Williams, compromiso sin premio

No fue el partido soñado, ni deseado por Iñaki Williams (Bilbao, 15-VI-1994), pero no se lo perdió el punta rojiblanco. La disponibilidad ante todo. Más o menos acertado, el compromiso del 9 del Athletic con el colectivo es indudable. Intachable. Volvió a quedar patente este domingo en un envite áspero, sin margen para el lucimiento personal, de pura brega. No se sintió cómodo en dicho contexto el mayor de los Williams, sustituido por Raúl García en el minuto 70 sin síntoma alguno de dolor en su tobillo lastimado. Porque sí, aunque no lo pareciera, un puñado de días atrás se le diagnosticó un esguince en el ligamento lateral externo de su tobillo derecho que amenazó con poner fin a su estratosférica marca de partidos consecutivos disputados en LaLiga.

Solo Ernesto Valverde y el propio Williams, conocedores al milímetro ambos de una fortaleza física sin igual, confiaban en lo que parecía poco probable, que el ariete estuviera disponible para medirse al Espanyol. No se ejercitó con el resto de compañeros el miércoles en la vuelta al trabajo en Lezama, pero aceleró en los días siguientes hasta completar una recuperación a toda velocidad que le permitió primero entrar en la lista de convocados y, después, partir de inicio en un choque en el que Iñaki no logró lucir virtudes. Autor del primero de los cuatro goles del Athletic en la goleada ante el Cádiz a domicilio, el bilbaino se encontró otro contexto del todo distinto frente al cuadro periquito, que cerró todos los huecos habidos y por haber, juntó filas y dejó sin apenas espacios por explotar a Iñaki, quien entró poco en juego y mandó al limbo las dos únicas opciones de gol de las que dispuso en una aciaga tarde en el plano personal y colectivo.

Las ocasiones

La tuvo primero en un centro lateral de un incisivo Alex Berenguer desde la banda izquierda sin poder atinar en el remate a ras de césped y, minutos después, en un balón bombeado de Óscar de Marcos desde el costado opuesto que cabeceó fuera con oposición en boca de gol. Poco más consiguió aportar el bilbaino, quien rascó eso sí una cartulina amarilla para el central Leandro Cabrera por un agarrón al borde del área cuando enfilaba la portería catalana a la espera de un envío lateral de Berenguer que no llegó. La falta, al filo del descanso, desembocó en un misil del extremo navarro que se estrelló contra el larguero de la meta defendida por Álvaro Fernández. Fue capaz de dejar la portería a cero en su debut con el Espanyol el nuevo cancerbero periquito, quien no tuvo que intervenir para repeler ningún remate de Iñaki, a quien se le contabilizaron solo dos disparos fuera, otro taponado por la defensa periquita, la citada ocasión clara errada y un 63,6% de acierto en los pases con el debe de seis fueras de juego antes de poner rumbo al banquillo en su partido número 237 seguido en LaLiga.

El récord, así las cosas, es lo único que pudo salvaguardar en una cita para olvidar el delantero bilbaino, que no se pierde ninguna jornada desde abril de 2016. Seis años después y, a pesar de contados contratiempos físicos como el padecido en Cádiz, el punta sigue acumulando participaciones en el campeonato de la regularidad sin que su compromiso tuviera premio alguno ante el Espanyol, que salió victorioso de San Mamés tras ver cómo el plan ideado por Diego Martínez salía a la perfección para profundo lamento de la parroquia bilbaina y de Ernesto Valverde.