Inazio Nieva, divulgador de la diversidad funcional, ofrecerá mañana miércoles en la sala de prensa de Kultur Leioa “la primera charla en Euskadi abierta a todo el público”. Será a partir de las 19.00 horas (gratuita). Y será en su municipio. En su casa. “Animo a todas las personas que puedan a que vengan, porque pasaremos un buen rato”, promete. Y, ciertamente, quien se acerque hasta allí que no espere una conferencia densa, lineal, superficial o políticamente correcta. De eso nada, este joven con parálisis cerebral dejará fluir su natural buen humor y hablará sin pelos en la lengua de temas a los que se suele mirar de reojo o con ciertos reparos. “Pero no desde el victimismo, porque yo detesto el victimismo y la pena”, subraya.
Y es que ese es su estilo y con el que ha conquistado al público en colegios y otro tipo de auditorios, incluso, el pasado 5 de octubre, se llevó el aplauso en el Ayuntamiento de Bilbao tras la charla La inclusión empieza en ti. La inclusión empieza en mí. “Ha sido inspirador escucharle”, reconoció el alcalde, Juan Mari Aburto. En Leioa, se explayará bajo el tema Adversidades a las que se pueden enfrentar las personas con discapacidad en su día a día. “Tenemos actos cotidianos que hacen que todavía falte mucho para llegar a una sociedad totalmente inclusiva. Llegas a un bar con un amigo y pides una Coca Cola y una caña y a ti te ponen siempre la Coca Cola. O puede pasar que le pregunten a la persona que está conmigo si yo puedo beber eso”, traslada. Inazio, además de derrochar sinceridad a raudales, se explica de maravilla con frases que calan hondo.
Pese a que solo tiene 22 años, este leioaztarra suma ya unos cuatro años dando charlas de forma profesional en centros educativos y otros ámbitos y, además, utiliza las redes sociales para que sus mensajes se extiendan por el ciberespacio. En sus vídeos toca asuntos de diversa índole sin tapujos y muchos de ellos han corrido como la pólvora convirtiéndose en virales. “¿Cuántas veces has visto a personas con discapacidad de fiesta? A mí, en varias ocasiones, me han pasado cosas al volver a mi casa de fiesta que no son agradables. El alcohol no debería ser un comodín para humillar a otras personas”, denuncia en una de sus publicaciones más exitosas. “Dos besos es lo que me pidió una dependienta al salir de una tienda tras comprar unos pantalones. Normal no es, porque yo tenía 20 años, no 5. El infantilismo provoca una primera reacción de impotencia y es una situación injusta que tenemos que quitar de nuestra sociedad”, lanzaba en otro vídeo. “El simple hecho de tener una discapacidad no me convierte automáticamente en un santo o un bendito. Como en todos los sitios, habrá gente más sensata y menos sensata, pero el hecho de tener una diversidad funcional no me santifica automáticamente”, sostenía en otra grabación. Así se expresa Inazio. Así ayuda a la sociedad a entender lo que piensan o sienten las personas con diversidad funcional. Así son también sus charlas ante el público. Así será su comparecencia en Kultur Leioa. “Será mi primer contacto a nivel general en Euskadi que no sea a través de la redes sociales; me parece importante porque en vídeos de un minuto no pueden conocerme realmente, pero así es distinto. En la charla voy a ir más allá de las píldoras de los vídeos”, señala.
Inazio, que tiene una parálisis cerebral que afecta al 57% de su cuerpo, trata de que el mundo vaya girando hacia la inclusión real. Da esos empujoncitos que hacen falta. “Muchas veces no nos damos cuenta, porque son actitudes que están interiorizadas y en la mayoría de los casos no hay una maldad, o hay cosas que rechazamos por miedo y por prejuicios. Hace falta entender a una persona que ha podido vivir estas situaciones”, admite este divulgador, que agradece que el Consistorio de Leioa organice una conferencia así. “Me parece positivo que un Ayuntamiento apueste por visibilizar a colectivos en una situación de vulnerabilidad”, apunta.
Además de contribuir a que las personas abran un poquito más los ojos, Inazio se involucra en la lucha contra el acoso escolar, algo que el tuvo que soportar. “Muchas veces pensamos que las agresiones físicas son más potentes, pero yo lo que peor he llevado es el daño psicológico: te ibas sintiendo que eras escoria, que eras basura en esta sociedad. Y eso sucede en la adolescencia, cuando te estás dando cuenta de quién eres, de cómo eres, de qué es lo que quieres...”, recuerda. Eso sí, este leioaztarra también se pone deberes. “Quiero transmitir buenas vibraciones al público. Todos vamos a aprender, porque yo también lo hago; el feed-back de la sociedad es fundamental para mí”, concluye.