Incendia un piso en Zaragoza con un compañero y sus tres hijos en el interior

Agentes de Policía Nacional han detenido a un hombre de 45 años como presunto responsable de provocar el incendio de un piso en Zaragoza en cuyo interior se encontraba uno de sus dos compañeros de vivienda junto a sus tres hijos menores de edad.

Según informa la Dirección General de Policía, el suceso tuvo lugar sobre las 08.00 horas de la mañana del pasado sábado en un bloque de viviendas ubicado en la calle Daroca, en el barrio de Delicias de la capital aragonesa.

Al llegar al inmueble, los bomberos y policías desplazados vieron que un joven salía a la carrera de su interior al tiempo que gritaba que su piso se estaba quemando y que en el interior se encontraba su familia.

Una vez sofocado el fuego, los bomberos comprobaron que no se habían producido daños personales y que todos los moradores de la vivienda afectada ya habían salido al exterior, aunque las llamas arrasaron el piso en su totalidad y produjeron daños en la planta inferior.

Los agentes pudieron determinar que en el momento de darse la voz de alerta por el incendio se encontraba en el interior del piso un joven, quien les manifestó que compartía el piso con otros dos hombres que no estaban en ese momento en el inmueble, y sus tres hijos menores.

Tras las primeras pesquisas, los agentes de las brigadas de Policía Judicial y Policía Científica encargados del caso averiguaron que uno de los compañeros de piso, que pernoctaba en una de las habitaciones, había provocado el incendio con una toalla y que posteriormente había salido huyendo del lugar.

El sospechoso fue detenido al día siguiente como presunto autor de un delito de incendio al poner en grave peligro la vida de tanto de sus compañeros de piso como la del resto de vecinos y tras pasar a disposición judicial fue puesto en libertad con cargos por un presunto delito de incendio.

Según las fuentes citadas, el delito de incendio, tipificado en el artículo 351 del Código Penal, lleva aparejadas penas de prisión de diez a veinte años en los casos en que el fuego comporte peligro para la vida o integridad física de las personas.