Iñigo Bikuña (Gros, Donostia; 1998) vuelve este miércoles al Masters CaixaBank en el frontón de Biarritz, a partir de las 17.00 horas. El zaguero actuará como sustituto del lesionado José Javier Zabaleta por segunda vez. En su primer partido con Jon Ander Peña dio buena imagen ante los favoritos Peio Etxeberria-Mariezkurrena II (21-22), pero se lastimó la mano derecha, lo que le impidió saltar a la cancha en la segunda jornada. La mezcla con el tolosarra de Baiko mide a Erik Jaka y Julen Martija.
Fue de la partida en la primera jornada del Masters CaixaBank como suplente de José Javier Zabaleta, pero declinó participar en la segunda por molestias en la derecha. Este miércoles será su segunda participación junto a Peña II. ¿Cómo está esa mano?
—Han pasado diez días desde el partido de Barakaldo y en el propio partido se me hinchó mucho la mano. No fue que se me metió una pelota, fue una cuestión de una pequeña vena que se me rompió o algo parecido. No tuve tiempo para recuperarme del todo y tampoco quería arriesgar, porque el verano es largo. Ya estoy bien.
¿Le ha tocado mucho trabajo sucio para recuperarse?
—Más que nada se trataba de rebajar la inflamación. Sí que he implementado máquinas como la Indiba que aceleran el proceso. Me han ayudado mucho.
El primer choque fue duro. No solo sustituye a un referente como Zabaleta, sino que le toca competir ante un pegador de la talla de Mariezkurrena II.
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—No fue un trabajo fácil. Peleamos hasta el final. Fue una pena el 21-22, pero ya está olvidado.
En este tipo de partidos de compromiso, en su caso personal, quizás sea más importante la competitividad y las sensaciones que los resultados, ¿no?
—Me interesa dar una buena imagen y demostrar que puedo jugar contra los mejores, pero sabemos que aquí lo más importante es llegar al cartón 22.
Juega en Biarritz. Es una cancha particular.
—Nunca he tenido la oportunidad de jugar allí, pero sí que me han advertido que es muy especial tanto por las gradas como por la velocidad del suelo.
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¿Le va ese tipo de frontón?
—Son exigentes para todos, pero me gustan. Será esencial coger la distancia desde el principio, ya que los delanteros pueden hacer mucho daño con el saque-remate.
A priori deberá evitar que entre al remate Erik Jaka, un gran especialista.
—Sí. Hay poca contracancha y tendré que eludir el gancho de Erik, porque puede sacar el tanto con solo marcar el remate.
El 30 de junio se cumplieron cinco años desde que debutó en el campo profesional de la mano de Aspe. ¿En qué ha mejorado durante todo este tiempo?
—Estoy más tranquilo en la cancha. Antes salía más nervioso. Voy aprendiendo poco a poco el oficio de pelotari, aunque sabemos que nunca se termina de aprender del todo. Diría que tengo más tranquilidad y saber estar.
“ Jugar en Segunda me ha dado aplomo. Dar muchos pelotazos en ese tipo de partidos ha sido muy positivo para mí ”
La mejoría
Debutó con la etiqueta de ser un zaguero en el que había muchas esperanzas puestas para un futuro cercano en Primera. ¿Le ha pesado durante este tiempo?
—Sí que es cierto que los primeros dos años la empresa me apoyó mucho. Las combinaciones eran asequibles y disfruté mucho en la cancha. Los siguientes cursos no pude entrar en el campeonato y estuve en la delgada línea de si jugar o no. Pasas todo ese tiempo queriendo dar el nivel. Quizás sea mi impresión, pero el estar ahí intentando demostrar sí puede que me haya supuesto un exceso de presión. Ahora tal vez estoy más sereno y soy consciente de mi situación. Me centro en el día a día y en el trabajo. Quizás eso haya sido clave en mi mejora.
¿Está disfrutando más?
—Me presiono menos y llevo año y medio en el que estoy disfrutando en la cancha. Lo estoy notando, sí.
Habla de mejoría. ¿Dónde reside ese empujón que menciona?
—En meter horas con Jokin Etxaniz y José Mari Calonge, en los entrenamientos. Aunque todavía me falta, voy más tranquilo al pelotazo. También cambié de entrenador físico y mi cuerpo se ha ido acostumbrando a los partidos. Jugar en Segunda me ha dado aplomo. Dar muchos pelotazos en ese tipo de partidos ha sido algo muy positivo para mí.
Hace falta paciencia...
—Con Altuna e Irribarria pasó que debutaron con 18 años y llegaron rápido a ser de Primera, pero eso no es lo normal. Parece que todo el mundo tiene que ser una estrella con esa edad y no creo que sea así. En la zaga hace falta tiempo. En mi caso particular, siempre he dicho que me faltaban muchas horas de frontón. Cuanto más entreno, más progreso. He tenido mis bajones, por supuesto, pero veo que casi siempre voy para arriba y eso me motiva en el día a día.
La competencia
La competencia en Aspe es brutal. José Javier Zabaleta es un pelotari histórico, Beñat Rezusta y Julen Martija poseen dos txapelas del Parejas y Tolosa está dando el nivel. Es complicado entrar en la terna.
—En la empresa hay mucha competencia tanto en los cuadros alegres como en los largos. En la zaga hay tres puestos que están asegurados y Tolosa ha rendido muy bien en el cuarto; lo único que me queda es seguir trabajando duro y cuando llegue la oportunidad, intentar aprovecharla.
Además, en los últimos Parejas no ha habido apenas bajas...
—Fíjese, en los últimos cinco años he sido el teórico suplente y solamente he podido disputar cuatro partidos en Primera. La verdad es que al jugarse un encuentro a la semana da tiempo a recuperar las manos.