LA sombra de Richard Oribe en la natación adaptada es demasiado alargada. 48 récords del mundo, seis Juegos, 22 medallas mundiales y 16 paralímpicas conforman su brillante palmarés. Así que el donostiarra, que nació con una parálisis cerebral, dejó un vacío enorme cuando en 2016 dijo adiós a la alta competición. Sin embargo, en estos momentos, la natación vasca comienza a ver la luz gracias a dos deportistas que, a pesar de su juventud, han logrado poner patas arriba las piscinas. Iñigo Llopis (Donostia, 1998) y Nahia Zudaire (Usurbil, 2004) son la savia nueva. Unos devora medallas que disfrutan reventando récords estatales cada vez que besan el agua. Así pues, los dos deportistas de Basque Team serán la representación de la natación vasca en los Juegos Paralímpicos de Tokio, que tendrán lugar del 24 de agosto al 5 de septiembre. Llopis, con 22 primaveras, y Zudaire, con solo 17, acudirán a la llamada del pebetero con el objetivo de dar alguna sorpresa.
De hecho, la carrera de Llopis está siendo meteórica puesto que los de Tokio serán sus segundos Juegos. Y es que con 17 se plantó en la villa de Río con más ilusión que ambición, por lo que ahora el donostiarra quiere quemar todas sus naves para regresar con una medalla: "Haber estado ya en unos Juegos me da la tranquilidad de saber que esa experiencia ya la viví, así que puedo centrarme más en la competición que en todo lo que rodea a unos Juegos, que es una locura. En Río lo disfruté mucho, pero ahora estoy más centrado en ir a mi prueba. Ir a tope", explicó el propio Llopis en una entrevista a Basque Team. Quienes le conocen le definen como un nadador competitivo, disciplinado y exigente consigo mismo. Y es cierto es que el deportista guipuzcoano llega a Tokio más concentrado, más seguro de sus fortalezas. Tanto es así que desde su paso por Brasil decidió focalizar sus opciones en las pruebas de espalda, donde los 100 y los 400 metros son sus categorías predilectas.
"Ver que Iñigo (Llopis) ha llegado hasta aquí me tranquiliza porque sé que lo que estoy viviendo yo, él ya lo ha vivido. Y tener a alguien al lado que ha vivido lo mismo que tú le hace ser referente, es un empujón más para continuar", admitió Zudaire. La usurbildarra, que padece paraparesia en las extremidades inferiores, todavía está gestionando el hecho de haber pasado de promesa a realidad en muy poco tiempo. En un lapso tan corto que la semana que viene debutará en unos Juegos Paralímpicos con apenas 17 años. De hecho, la de Basque Team acude a Tokio como la benjamina de la expedición española, pero también como la dueña de las mejores marcas estatales de gran parte de las modalidades de la categoría S8: 50, 100, 200, 400 y 800 libres, 50 y 100 mariposa, así como en 200 estilos. Todas suyas. Sin embargo, Zudaire quiere ir a los Juegos con calma. Sin muchas pretensiones. "Quiero verme allí en calma, disfrutando de la competición. Unos Juegos no solo para ir a competir y ya está. Son algo más. También es cierto que este año se me ha hecho cuesta arriba porque la presión de los Juegos me desbordó", concluyó la guipuzcoana.
A pesar de que Richard Oribe se alejó de la competición en 2016, el nadador donostiarra continuó siendo un ejemplo para las nuevas generaciones. Esas que ahora lideran Llopis y Zudaire. De esta forma, los dos jóvenes deportistas tuvieron un espejo en el que mirarse para progresar. "Yo entrenaba a la misma hora que Richard, pero no con él; entonces le veía nadar y decía: qué rápido va. Ha sido un referente para todos porque no solo nos ha enseñado a nadar, sino también a cómo comportarnos en cada entrenamiento y en cada competición, en temas de alimentación... Es un crack que nos ha enseñado a todos", finalizó Llopis.
Zudaire, que debuta en unos Juegos, es la dueña de las mejores marcas estatales de la clase S8. Llopis acude a su segunda cita paralímpica