Las estadísticas de los jugadores ofrecen algunas claves para entender mejor lo que ha sido la temporada en el plano individual, pero no todos los datos se pueden interpretar de manera literal. Por ejemplo, una alta participación no necesariamente equivale a un rendimiento estupendo. Hay que pensar también que el mismo criterio que favorece las posibilidades de ciertos hombres, pese a que por méritos no se hagan acreedores a figurar en el equipo, perjudica a quienes no cuentan con oportunidades reales o asoman de forma intermitente, aunque no desentonen. La elección del entrenador se convierte en un condicionante insuperable, para bien o para mal, al cabo de casi medio centenar de encuentros oficiales, 45 en concreto, cuando se trata de determinar cuál es la nota que merece cada uno de los futbolistas utilizados. De igual modo, el cúmulo de aportaciones de los miembros de la plantilla influye en cada resultado y, a la larga, establece el signo de la temporada.
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