Si los atacantes del Athletic están en la picota por su paupérrimo rendimiento ante los porteros rivales, Iñigo Martínez lidera una defensa rojiblanca de nota. El equipo bilbaino es el menos goleado de primera junto al Sevilla, que este sábado visita San Mamés. Una realidad que el de Ondarroa ha adjudicado a todo el colectivo de Marcelino García Toral. "Somos conscientes de que nos cuesta meter goles y que no quiere entrar, no hace falta que nos lo digan. Pero la confianza en nuestros delanteros es total y sé que en muchos entrenamientos se quedan al final para afinar la puntería. Son unos jugadores que nos han dado mucho y cuando se gane un partido se verá todo de otra manera, pero aquí perdemos, empatamos y ganamos todos a la vez", ha asegurado el central rojiblanco en la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves al término de la sesión en Lezama.
El debate sobre la falta de gol planea en el entorno athleticzale desde hace semanas, una realidad que Iñigo Martínez cree que superarán trabajando: "Cada uno sabe lo que puede llegar a dar, hay que tener responsabilidad máxima. Lo mío es defender e intento hacerlo al 200% en cada partido, y si puedo aportar en ataque, mejor. El delantero también sabe lo que tiene que hacer. Hay que seguir trabajando, seguir insistiendo. Ellos saben lo que tienen que hacer, pero es cosa de todos. La única manera de levantar todo esto es seguir trabajando".
Iñigo Martínez, que ve al vestuario bien de ánimo pese a encadenar siete partidos sin ganar, ha advertido de la importancia del próximo duelo ante el equipo de Julen Lopetegui. "Tenemos que dar un golpe en la mesa y volver a hacer de San Mamés un fortín. Está clarísimo lo que el equipo debe hacer para ganar al Sevilla. Estando bien, nosotros podemos competir contra cualquier equipo y ya es hora de que el partido caiga a nuestro favor", ha remarcado el defensa del Athletic, que espera el respaldo de la grada: "Es un momento en el que hay que estar unidos y arrimar el hombro. Creo que la afición confía en nosotros y eso ayuda más".
LA EXPULSIÓN EN ANOETA
Cuestionado por el último derbi ante la Real Sociedad en Anoeta, donde dejó el terreno de juego antes de tiempo al ver la segunda amarilla por un manotazo a Isak, Iñigo Martínez ha rememorado que lo vivió "tranquilo" pese al clima hostil en la grada. "Al árbitro le admití que el penalti fue pero que la segunda amarilla me parecía injusta porque no busco darle. Él está más listo y lo busca. Salí fastidiado de allí porque es una plaza que todos sabemos lo que supone para mí, pero igual es el derbi más tranquilo que ha jugado", ha señalado el central, tras reconocer que habló con el psicólogo "con total normalidad" sobre la visita a la Real.