El lehendakari Urkullu se ha destacado durante su mandato por tejer todas las complicidades posibles y plantear todos los mecanismos al alcance de la Unión Europea que permitan a los territorios con competencias legislativas participar en la toma de las decisiones. Ha ejercido el liderazgo de la iniciativa Rleg que agrupa a los territorios de varios estados, ha entregado a la Comisión Europea una propuesta articulada para plantear un registro de territorios y vehiculizar su participación, y tampoco ha dejado pasar sin pronunciarse el Día de Europa, el último que celebra como lehendakari. Iñigo Urkullu planteó ayer que “va siendo hora ya de estructurar una gobernanza multinivel efectiva basada en el principio de subsidiariedad, para que las regiones y nacionalidades que contamos con competencias legislativas podamos desarrollar plenamente los propios poderes constitucionales en el ámbito de la Unión, enriqueciendo sus debates, fortaleciendo su legitimidad, aumentando la participación y el control democráticos, y contribuyendo al proceso de construcción e integración europea”.
En el Día de Europa que se conmemoraba ayer jueves, Urkullu reivindicó la vigencia de la Declaración Schuman. Tras recordar la invasión de Ucrania y que Oriente Próximo y Oriente Medio “se desangran con una grave afección a la población civil indefensa”, el lehendakari lamenta que no exista una política común de defensa en Europa. Recuerda también que la Unión está en puertas de una nueva ampliación, y que necesita trabajar en su autonomía estratégica y en las transiciones energética, digital y social, además de profundizar en el mercado único y la política de cohesión. Pide una Europa comprometida con el multilateralismo, con la suma de todas las voluntades, de los estados y de las diferentes regiones y naciones que “deben realizar su aportación en la arquitectura constitucional que la nueva Europa reclama”. También solicita reforzar el arco atlántico, sus redes de transporte y de energía, y se reafirma en una Europa diversa e incluyente.