El inicio de la temporada ha proyectado una notable versión de Iñigo Vicente (Derio, 6-I-1998), quien exhibió su talento natural ante el Málaga en la primera jornada de una LaLiga SmartBank en la que el futbolista cedido por el Athletic espera seguir creciendo para disponer en Bilbao de las oportunidades que se le negaron la pasada campaña. "Vengo de una temporada muy difícil en la que anímicamente fue muy complicado todo", reconoce el derioztarra, quien confía "mil por cien en mi fútbol" y espera un partido "duro" el lunes contra el Amorebieta.
Segunda etapa en el Mirandés. ¿Cómo la afronta?
—Con la misma ilusión de la primera vez. Es un reto para mí volver a salir de casa, quiero hacerlo bien de nuevo y estoy muy ilusionado con hacer una gran temporada.
¿Por qué decidió desechar otras ofertas y regresar a Anduva?
—Es un sitio que conocía y en el que me iba a costar menos adaptarme. Tomé esa decisión y creo que ha sido la mejor que podía haber tomado, estoy muy contento aquí. Tenemos un gran equipo y estoy con muchas ganas de que vayan viniendo los partidos para afrontar la temporada.
Es un año importante para usted.
—Sí, después de estar un año en blanco he venido al Mirandés con todas las ganas del mundo de hacerlo bien como comentaba antes, de recuperar la ilusión y, sobre todo, de jugar. Es lo que más echaba de menos y creo que no puedo estar en mejor sitio. Estoy convencido de que nos espera una grandísima temporada.
Lo cierto es que no ha tardado en brillar. Gol mal anulado y fabulosa asistencia invalidada también por el VAR en el estreno liguero ante el Málaga en La Rosaleda. Le daría una rabia tremenda.
—En el momento en el que me anularon el gol sí me dio mucha rabia, porque sabía que la falta era inexistente, un gol es un gol y en este caso no solo es eso, sino que nos quitaron los tres puntos al equipo. Aun así, acabamos el partido con muy buenas sensaciones tanto en el apartado individual como en el colectivo tras completar una muy buena segunda parte. En lo que a mí respecta, me fui sintiendo mejor a medida que pasaban los minutos. Hay que tener en cuenta que muchos jugadores somos nuevos en el equipo y tenemos que conocernos mejor todavía, pero seguro que van a venir muchos partidos igual de buenos o mejores que ese de Málaga.
La asistencia, marca de la casa, la dio en el minuto 93. Demostró ser capaz de jugar, correr y presionar durante todo el partido a pesar de que haya quienes afirmen que le falta trabajo defensivo.
—No hago caso a lo que dice la gente. Estoy a lo mío y eso que comentas es lo que nos pide el míster, que vayamos hacia arriba y hacia abajo sin olvidarnos de trabajar, pero tampoco de atacar. Es lo que tengo que hacer para ayudar al equipo y en ese sentido, cuando haya que defender se defiende y cuando haya que atacar se ataca.
¿Cómo se siente Iñigo Vicente sin balón?
—Muy bien. He trabajado todo el verano en el aspecto físico con un entrenador personal y estoy a tope físicamente.
¿De dónde cree que viene entonces esa idea de que le falta dar un paso al frente en cuanto al sacrificio defensivo?
—Al final es una etiqueta que me ha puesto la gente y, aunque lo haga bien, la gente va a seguir diciendo que no lo hago. Son etiquetas difíciles de quitar, pero yo sé que trabajo en el apartado defensivo y que ayudo al equipo en todo, aunque la gente pueda pensar que no. Si hace falta correr durante todo el partido hacia atrás, lo voy a hacer, que nadie tenga ninguna duda.
En La Rosaleda estuvo escoltado por Imanol en la banda izquierda. Formaron un tándem con el sello de Lezama.
—Me entiendo muy bien con él. Es un jugador que está todo el partido subiendo y bajando, no para y eso a mí me da mucho. Aunque no habíamos coincidido nunca hasta este año, llevamos toda la vida en Lezama y congeniamos desde el primer día. Creo que los dos vamos a hacer una muy buena temporada.
¿Qué objetivo se marca usted en el plano individual?
—Disfrutar. Vengo de una temporada muy difícil en la que anímicamente fue muy complicado todo y me propongo disfrutar y sumar minutos. Si juego, sé que las cosas vendrán solas, porque el fútbol es así y si tienes oportunidades acabas haciéndolo bien.
Para eso es fundamental tener la confianza del entrenador y, de entrada, la tiene.
—Totalmente. El míster me ha dado su confianza desde el primer día y eso lo noto a la hora de jugar y de sentirme más libre.
¿Qué le pide exactamente?
—Que sea yo mismo, demuestre todo lo que sé hacer y no me corte. Me dice que tengo mucho fútbol dentro y que ayude al equipo en defensa, pero sin olvidarme de que soy extremo y que un extremo, al final, tiene que atacar y hacer daño al rival.
El lunes les visita el Amorebieta. ¿Qué tipo de partido y de rival espera?
—En Segunda División todos los partidos son difíciles. En ninguno puedes despistarte, ni confiarte, pero nosotros volvemos a Anduva e intentaremos sumar los tres puntos sabiendo que será un partido duro en el que tendremos que tener mucha paciencia, porque ellos defienden muy bien. Jugaremos a lo que sabemos para intentar sacarlo adelante.
¿Barajó en algún momento la posibilidad de recalar como cedido en el equipo de Urritxe?
—No, desde el primer momento que tuve la oferta del Mirandés no me lo pensé mucho.
¿Cuál es el sello de este Mirandés?
—Es un equipo muy joven y el juego que propone el míster nos viene muy bien tanto al equipo, como a mí mismo. Por eso creo que vamos a dar mucho que hablar este año, porque vamos a ser un equipo muy vistoso, vertical y que va a gustar a la gente.
Tiene los cinco sentidos puestos en su actual club, pero cambiemos el escenario. ¿Cree que hubiera tenido sitio en el Athletic esta temporada?
—Uno siempre piensa que tiene hueco, pero lo que no quería era pasar otro año en blanco, porque eso mentalmente te destroza. Quiero hacer una gran temporada, jugar y lo demás vendrá solo.
¿Cuándo le comunicó Marcelino que no contaba con usted?
—Al final de la pasada temporada. Yo ya lo sabía, pero me lo comunicó y yo le dije que estaba de acuerdo en salir y que no había ningún problema.
¿Le dio alguna explicación?
—No, me dijo que lo mejor era que saliera, aunque como digo no hacía falta que me lo dijera, porque yo ya lo sabía. Para estar otro año igual era mejor no estar.
Solo jugó tres partidos y apenas sumó 50 minutos en total. No lo esperaría al volver de su primera cesión al Mirandés.
—Mentalmente es duro, porque vas a entrenar con todas las ganas del mundo y ves semana tras semana que no vas convocado. Y si vas, sabes que no vas a contar. No es fácil, pero me ha ayudado mucho a fortalecerme y creo que soy mucho más maduro que hace dos años cuando vine al Mirandés o que la temporada pasada, mismamente.
Hasta enero tuvo a Garitano como entrenador. ¿Le llegó a explicar él por qué no jugaba?
—No habló conmigo en ningún momento y no me dijo que no contaba conmigo, ni nada. Yo entrené todos los días al máximo para ganarme el jugar un partido, pero no ocurrió y son cosas del fútbol, porque no puede jugar todo el mundo. Creo, aun así, que cuando jugué lo hice bien.
¿Le molestaron las declaraciones de Garitano en pretemporada dejando entrever que sería difícil que fuera titular ya en el Athletic, porque había sido suplente en el Mirandés?
—Creo que son declaraciones que en ese momento quizás sobran. Igual es mejor coger al jugador, decírselo en persona y no a todo el mundo y crear así una polémica que sabes que se va a crear. De todas formas, no tengo ninguna mala relación con Garitano. Tenemos una relación cordial.
En las últimas jornadas, ya con Marcelino, vio cómo otros jóvenes tenían su oportunidad, pero a usted tampoco le llegó.
—Sí, por eso digo que fue una temporada muy dura, pero estaba al lado de casa y tanto mi familia, como mis amigos me ayudaron mucho. Siempre digo que el fútbol al final pone a cada uno en su sitio y, si me lo merezco, sé que voy a estar ahí. Yo daré todo para jugar en la élite. He cumplido el sueño de debutar con el Athletic, pero no el de afianzarme en el primer equipo y es algo que quiero conseguir. Ahora estoy en el Mirandés con unas ganas increíbles, quiero jugar todos los minutos posibles, meter todos los goles que pueda y dar todas las asistencias que pueda también. Por ahora ya me han quitado un gol y una asistencia, pero espero que sean las únicas en toda la temporada y que suban muchas al casillero.
Tiene contrato con el Athletic hasta el 30 de junio de 2023. ¿Confía en que esta sea su última salida a préstamo?
—Sí, está claro. Tengo esa ilusión de hacer una gran temporada aquí en el Mirandés y el año que viene volver a Bilbao, que es donde quiero triunfar y ganar títulos como el de enero en la Supercopa, pero participando.
No pierde esa esperanza de triunfar como león. La mantiene intacta.
—Por supuesto. Nadie me va a quitar la ilusión de triunfar en el Athletic. Me da igual lo que me digan y lo que se diga. He estado desde pequeño en Lezama, es el sueño de cualquier jugador que nace aquí y es lo que quiero. Lo voy a pelear en cada entrenamiento y en cada partido que juegue para que el Mirandés también quede lo más arriba posible.
Si consigue triunfar, nadie podrá decirle ya que ha tenido un camino de rosas.
—En el Athletic nunca me han puesto las cosas fáciles. Ya se me complicaron las cosas de pequeño, cuando me echaron en infantiles y fui al Danok Bat. Puedo decir que mi camino en el fútbol nunca ha sido sencillo, pero eso es bueno también, porque peleas y te haces más fuerte. El deporte, en ese sentido, me ha ayudado también a ser mejor persona.
Confía mucho en su fútbol, además.
—Sí, desde luego. Confío al mil por cien y eso tampoco me lo va a quitar nadie me digan lo que me digan. Eso lo tengo muy metido en la cabeza y seguiré siendo siempre yo mismo con mi forma de entender el fútbol. Me gusta que el juego sea vistoso, entretener y agradar a la gente y si todo eso es con goles, asistencias y victorias para el equipo, mucho mejor.
¿Siente esa necesidad de disfrutar cada vez que juega?
—Sí, porque no vale para nada salir a jugar juego si no disfrutas. Yo entiendo el fútbol como un deporte en el que hay que entretener al público, que viene al campo a pasarlo bien, a entretenerse y si eso hace que el equipo gane, mucho mejor como digo.
¿Cómo se definiría como futbolista?
—Un jugador creativo. Lo que se me pasa por la cabeza intento hacerlo.
Pida un deseo para esta temporada.
—A nivel colectivo, que el Mirandés quede lo más arriba posible en la clasificación, porque eso también será bueno para todos los que formamos parte del club. En lo personal, disfrutar del fútbol y jugar lo máximo posible. No quiero mirar más allá.
"Es un reto volver a salir de casa, quiero hacerlo bien y estoy muy ilusionado con hacer una gran temporada"
"Uno siempre piensa que tiene hueco, pero no quería otro año en blanco; mentalmente te destroza"
"Daré todo para jugar en la élite; he cumplido el sueño de debutar en el Athletic, pero no el de afianzarme"