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Polideportivo

Íñigo Villar: un veterano con la ilusión de un niño

Íñigo Villar, 'Benji', posa en una de las porterías del campo El Sotico, de Berbinzana.
Íñigo Villar, 'Benji', posa en una de las porterías del campo El Sotico, de Berbinzana.

El fútbol modesto no entiende de edades y hay casos como el de Íñigo Villar (13/5/1983) que sirven de ejemplo. Con la ilusión del primer día, y la experiencia acumulada a sus 38 años de edad, el portero pospone colgar los guantes.

La fórmula, en sus propias palabras, reside en que "llevo muchos años posponiendo la retirada, pero es que cada año he tenido más ganas de seguir y si el cuerpo lo permite aquí vamos a estar".

Benji, como así se le conoce en el fútbol navarro, es un apasionado del deporte del balompié. "Aquí tenemos la suerte de que estamos unos cuantos a los que nos gusta el fútbol, ilusión hay toda". Y, sobre el mote, el meta recuerda que comenzó "en juveniles en el San Juan" y reconoce que tenía relación con los dibujos Oliver y Benji, una serie de dibujos asiáticos. "Hubo dos partidos en los que, por el sol, me tuve que poner gorra y se quedó el mote. De hecho creo que he tenido compañeros que no saben cómo me llamo. Me llaman Benji y así se queda", desvela, sobre la caracterización de uno de los protagonistas de la serie, Benji Price, portero que lucía gorra.

Aventura en Islandia

Sin embargo, Íñigo Villar tuvo que hacer en su día las maletas y marcharse a Islandia debido a un problema en la piel, llamado psoriasis, una afección cutánea que provoca enrojecimiento, escamas plateadas e irritación de la dermis. De hecho, al jugar a fútbol, el portero se ha visto obligado a competir con pantalón largo y camiseta de manga larga.

En octubre de 2010, Benji aterrizó en Grindavik, un municipio pesquero situado en la península de Reykjanes, en la costa oeste de Islandia, cuya mayor atracción turística, la Laguna Azul, se encuentra a 4 kilómetros de distancia. En aquel lugar fue donde encontró "un lago con un agua que para mí era 'milagrosa' y me permitía realizar una vida normal, después de estar buscando aquí la solución durante diez años al problema que tenía".

Haciendo amigos en el pueblo, que cuenta con apenas 3.500 habitantes, a Íñigo Villar le salió la oportunidad de jugar en el equipo, el UMF Grindavik, que por aquel entonces competía en la Primera División islandesa. "Pregunté por el pueblo si había alguna manera de entrenar y cuando me hicieron un hueco en el equipo me quedé asombrado del nivel que este tenía, que era algo que yo nunca había visto, porque competían en Primera División. Te encuentras con que en la portería estaban un portero sub-21 internacional por Islandia, un sub-19 inglés y yo", bromea.

En uno de los partidos que disputó, se enfrentó al que posteriormente fuera jugador de la Real Sociedad, Alfred Finnbogason, "que marcó dos goles", recuerda Benji.

2021-11-17T19:54:02+01:00
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