Global Innovation Day, la jornada que anualmente organiza la Agencia Vasca de la Innovación Innobasque, sirvió ayer para reivindicar el papel de las actividades innovadoras, y las personas que las impulsan, como motor de desarrollo de la economía de Euskadi a través de la presentación de once iniciativas que han introducido disrupciones en ámbitos como la cultura, la industria, la medicina o la alimentación.
La undécima edición de esta jornada congregó en el Kursaal de Donostia a 400 participantes que, además de conocer en palabras de sus protagonistas un total de once iniciativas innovadoras que cambian los métodos de trabajo en diversos sectores económicos, asistieron a una conversación entre “dos grandes talentos vascos”, como los definió Innobasque. El presidente de la Fundación Donostia International Physics Center, Pedro Miguel Etxenike, y el director el Museo de Bellas Artes de Bilbao, Miguel Zugaza.
En el ámbito industrial, los casos prácticos presentaron iniciativas muy diferentes que afectan a la medicina, alimentación, solidaridad, máquina herramienta y pesca. Adrián Iriarte, de la firma alavesa I+MED explicó su propuesta de nanohidrogeles como elementos de transporte de medicamentos por el cuerpo en sustitución de pastillas o gotas. Entre las ventajas que citó se encuentra su capacidad de actuar de forma directa en la zona afectada por una enfermedad.
Rodrigo Sánchez de la guipuzcoana Iparlat advirtió de que en 30 años “solo habrá alimentos para la mitad de la población actual”, ante lo que abogó por utilizar las oportunidades que ofrece el mundo vegetal, como hace Iparlat. Según explicó, esta empresa vasca emplea proteína vegetal, “una fuente viable e inagotable” para producir alimentos como las leches de avena o avellana, gracias a lo que “vamos a poder alimentarnos de una forma sana, rica y sostenible hoy y en el futuro”.
La siguiente intervención correspondió a otra firma guipuzcoana, Savvy Data Systems cuyo gerente, Fernando Sáenz, expuso una iniciativa compartida con Fagor Automation que incorpora a las herramientas inteligencia artificial, de manera que analiza una serie de datos que sirven de guía al técnico. Resuelven, según dijo, la falta de tiempo que requiere “pasar del papel al excel, del excel a la digitalización y de la digitalización a la inteligencia artificial”, sobre todo en el caso de pymes muy centradas en funcionar en un mundo “hipercompetitivo”.
María José Barriola, de Tknika, expuso el trabajo iniciado en la pandemia de coronavirus con empresas y centros de FP que consistió en elaborar alimentos con la base de subproductos alimenticios que en ese periodo permitió dar menús circulares e innovadores a familias sin recursos.
El último proyecto innovador correspondió a la alavesa Zunibal. Su director técnico, Aitor Aizpurua, también advirtió como lo hizo Rodrigo Sánchez de que los recursos oceánicos son limitados y de que “o hacemos una gestión responsable o la pesca dejará de existir”. Para evitarlo, esta empresa centrada en el atún ha desarrollado unas boyas que con inteligencia artificial son capaces de informar a los arrantzales sobre la cantidad de ejemplares que hay bajo el barco o cuál es la zona óptima para pescar, entre otras cuestiones.