A 30 millas náuticas de la costa de Bizkaia ha sido detenido un velero que transportaba aproximadamente 2.000 kilos de cocaína valorados en unos 70 millones de euros. La operación se saldó con la detención de los cuatro tripulantes entre los que se encontraba un vasco, los navegantes no se opusieron al arresto.
La operación se inició como consecuencia de la colaboración internacional, a través del intercambio de información entre el Centro de Análisis y Operaciones del Atlántico (MAOC-N) y el Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que ha sido objeto de investigación por parte de los cuerpos policiales en colaboración con la National Crime Agency (NCA) de Reino Unido. En este intercambio de informaciones se llegó a la conclusión de que llegaba una embarcación sospechosa de tráfico ilícito de estupefacientes.
Tres meses de travesía y dos días de búsqueda
El Servicio de Vigilancia Aduanera localizó la embarcación, que había salido de Reino Unido y llevaba tres meses de travesía, sobre las doce de la noche, tras dos días de búsqueda y después de haber recibido una información del Reino Unido. El buque no navegaba con un rumbo determinado, sino que se encontraba parado en un punto situado a 30 millas al norte de la costa vizcaina.
Este hecho resultó muy llamativo, no solo por las condiciones meteorológicas en la zona, sino porque coincide con la práctica habitual en este tipo de operaciones, en las que las embarcaciones que transportan cocaína desde Sudamérica o el Caribe realizan un trasbordo a otra embarcación con el fin de que llegue al destino final, para hacer así más difícil su detección por las autoridades.
Por ello, se presume que el velero 'Night Falls' estaría en esas coordenadas esperando realizar un trasbordo de la droga. Desde el primer momento del abordaje se pudo observar a bordo una cantidad importante de fardos de los habitualmente utilizados para el tráfico de cocaína, repartidos por la práctica totalidad de la embarcación.
Esta operación, totalmente excepcional en la zona de la costa del Cantábrico, conocida por ser utilizada por veleros procedentes de Sudamérica, que transbordan las sustancias estupefacientes en mitad del Atlántico para su posterior introducción en el continente europeo.