Una investigación en la que ha participado personal investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha corroborado indirectamente, a través del consumo de antidepresivos, que "la pandemia de la covid-19 aumentó la incidencia de síntomas depresivos en la población general" de Euskadi y ha destacado "la importancia de abordar la salud mental de la población simultáneamente con los problemas físicos y de adaptar los sistemas de salud en consecuencia".
En un comunicado, la UPV/EHU ha constatado que las nuevas prescripciones de antidepresivos "aumentaron significativamente durante la pandemia y, aún más, en el período pospandémico", siendo el aumento mayor en mujeres que en hombres.
Aumento de la prescripción de antidepresivos
Según ha indicado, durante el período pandémico, el incremento de la prescripción de antidepresivos se debió específicamente a un aumento entre las personas menores de 20 años, mientras que en el período pospandémico, el aumento se ha producido en todos los grupos de edad.
El estudio, publicado por la revista 'Healthcare', estimó de forma indirecta, retrospectivamente, la incidencia de nuevos casos de depresión mediante el análisis de nuevas prescripciones de agentes antidepresivos durante un período de seis años distribuidos en tres períodos de dos años cada uno; prepandemia, pandemia y pospandemia, desde marzo de 2018 hasta febrero de 2024. La investigación se llevó a cabo en un área de atención médica con 130.000 personas en Euskadi.
La investigación observó que los dos años de la pandemia de la covid-19 afectaron significativamente a la prescripción "por primera vez" de antidepresivos en el sistema de salud pública, principalmente en mujeres menores de 40 años. En consonancia con esos resultados, un estudio realizado en Canadá informó que las mujeres reportaron una peor salud mental autopercibida que los hombres durante el período de la pandemia de septiembre a diciembre de 2020.
Además, y en la misma línea, algunos autores han encontrado un aumento en el consumo de antidepresivos por parte de mujeres jóvenes desde el comienzo de la pandemia. "El mayor impacto en el bienestar emocional de las mujeres jóvenes durante la pandemia podría deberse al rol de los cuidadores, que es más prevalente en la población femenina, y a la feminización de las profesiones de cuidado en el sector salud, que tuvieron una alta carga emocional durante ese período", han destacado los autoras del estudio.
En Francia también se encontraron resultados similares al registrase un mayor aumento en las prescripciones de antidepresivos en el período de la pandemia en comparación con el período prepandémico en mujeres en relación con los hombres.
Consumo postpandemia
Asimismo, el estudio observó como, "sorprendentemente, una vez resuelta en gran medida la pandemia, hombres y mujeres de todos los grupos de edad (excepto hombres menores de 20 años) tuvieron una mayor incidencia de nuevos síntomas depresivos, estimados a partir de nuevas prescripciones de antidepresivos, a pesar de que el acceso en persona a los sistemas de salud estaba garantizado o al menos más normalizado en ese período que durante la pandemia".
"El análisis ha detectado un mayor impacto a largo plazo de la pandemia en la salud emocional de la población, que puede deberse a varios factores. Si bien las restricciones de movimiento se suavizaron, el aislamiento social prolongado que sufrió la mayoría de la población puede haber tenido consecuencias duraderas en la forma en que las personas interactúan y se sienten conectadas con los demás", han resaltado. Además, han añadido que "el impacto económico de la pandemia, como la pérdida del empleo o la inseguridad financiera, continúa afectando el bienestar mental de muchas personas".
El informe expone que "mantener un estado de estrés sostenido durante la pandemia podría ser una de las principales causas de esa mayor incidencia de síntomas depresivos en la población general a largo plazo". Así, relata que en muchos casos, "el duelo por la pérdida de seres queridos o los cambios significativos en la vida durante la pandemia impiden volver a la normalidad y siguen afectando a largo plazo la salud mental".
Entre las limitaciones del estudio, los autores han destacado que las nuevas prescripciones de antidepresivos no se realizan exclusivamente a pacientes con síntomas depresivos, ya que dichos fármacos se prescriben también en otras indicaciones como pueden ser "ansiedad, insomnio o dolor crónico".
Por tanto y teniendo como base la experiencia adquirida durante la pandemia, el estudio apela a "facilitar el acceso de la población general a terapias farmacológicas y no farmacológicas, para prevenir un aumento en la incidencia de depresión en caso de que se presente una situación similar en el futuro".
Asimismo, en esas situaciones, ha reclamado "prestar mayor atención a ciertos grupos de edad, especialmente a las mujeres menores de 40 años, ya que se ha observado que ese grupo es especialmente sensible".