La policía tailandesa busca pistas sobre cuál fue el motivo por el que Daniel Sancho Bronchales asesinó y descuartizó al cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta en la isla tailandesa de Koh Phangan. Son varias las hipótesis, entre ellas que el hijo de Rodolfo Sancho recibió amenazas de muerte por parte de Arrieta.
Según informan varios medios, los investigadores habrían hallado en el teléfono móvil de Sancho mensajes en los que el cirujano lanzaba amenazas de muerte al joven.
En un mensaje enviado a sus familiares, Daniel Sancho habría comentado que temía por su integridad y la de sus allegados ante las posibles conexiones de Arrieta con grupos mafiosos colombianos. "Me estaba amenazando tanto a mí como a mi familia", indicó en un mensaje enviado a sus amigos recogido por la revista 'Lecturas'. "(Me) estaba defendiendo", indicó en otro mensaje de texto.
También se baraja el chantaje sexual. Por lo visto, el cocinero no habría accedido a determinadas prácticas sexuales que le exigía Arrieta, lo que derivó en una pelea y el posterior crimen.
Una tercera hipótesis es económica. Familiares de Arrieta señalaron que este entregó dinero a Sancho para ayudarle en sus negocios a cambio de relaciones sexuales. Ante la imposibilidad de devolver el dinero y el hartazgo de la situación sentimental, el hijo del actor de 'Mar de plástico' acabó cometiendo el crimen.
De momento todo son hipótesis con las que trabajan los investigadores tailandeses, que siguen buscando parte de los restos del cirujano colombiano que siguen desaparecidos, al igual que su móvil, que podría aclarar determinadas circunstancias del atroz asesinato.
El equipo legal de Daniel Sancho ha asegurado este mismo jueves que la colaboración del español con el proceso podría acelerar la investigación policial y el inicio del juicio.
Aislado en la cárcel
Sancho permanece mientras tanto en la prisión de Koh Samui, aislado por el protocolo covid. El director del centro penitenciario afirmó este miércoles que el chef mantiene "un buen estado anímico".
"Su estado anímico sigue siendo bueno", apuntó por teléfono Watcharapong Boonsaior, director de la prisión donde Sancho ingresó de forma provisional el lunes tras declararse culpable del asesinato y desmembramiento de su amigo Edwin Arrieta en la vecina isla de Koh Phangan.
Boonsaior explicó que aunque a su entrada en la prisión Sancho "no mostró signos de miedo o ansiedad", dos funcionarios de la prisión tienen el encargo de ocuparse de él y "conversar con él para aliviar cualquier estrés potencial".
Sancho, de 29 años, se sometió a un análisis físico a su llegada al centro y "su condición general era normal". El director del centro señaló que no recibirá ningún trato especial y "tiene los mismos derechos que otros reclusos".
La cárcel de Samui es una prisión considerada como "amable" para penas máximas de 15 años y Sancho se encuentra de momento en una división interna "más tranquila", en la que las celdas son "mejores" y tienen menos presos, aseguran fuentes cercanas al caso.