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Hace solo dos semanas, Podemos pasó en menos de un minuto del no rotundo al paquete fiscal propuesto por el Gobierno español al sí más entregado. Como argumento para la sideral y celérica bajada de pantalones, la secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, aportó unos dedos haciendo la uve de la victoria por haber conseguido el compromiso (risas enlatadas) de que se aprobaría un impuesto a las energéticas de toma pan y moja. Eso solo ocurría en su imaginación.
#InteresesDeLosDeArriba
Belarra miente a sabiendas
El tiempo implacable (solo catorce días) le ha demostrado a Belarra que vendió una piel de oso que no se cazaría nunca. Tal impuesto, que en la formulación actual no pasa de gravamen, no tiene el respaldo parlamentario necesario para ir al BOE. El PNV solo lo apoyará si, como se le prometió, el tributo se concierta y las Haciendas de los cuatro territorios forales deciden sobre cómo aplicarlo.
Pillada en su propia trampa, la responsable de lo que queda de Podemos tiró de argumentario: “Parece que Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, no le deja a Aitor Esteban ir a la reunión del impuesto a las energéticas”, farfulló en su cuenta de X la voz de su amo Iglesias.
#NoSabemosNada
El PNV desmonta la trola
Se trataba de una faltada y una mentira de patas cortas, como demostró, también en X, el Grupo Vasco en el Congreso, adjuntando el mensaje que envió a 170 periodistas a las 13.36 del pasado 21 de noviembre. Los jeltzales no sabían nada del pacto con Podemos. Punto.
#NoEsUnFarol
Segundo aviso de Junts a Pedro Sánchez
En esta tesitura, Junts avisó ayer a Sánchez por segunda vez. Asegura la portavoz de los postconvergentes en el Congreso, Miriam Nogueras, que no están yendo de boquilla cuando advierten de que se les ha agotado la paciencia.
“Muevan el culo y hagan el trabajo que deben hacer en Catalunya. Paguen lo que deben”, espetó, sin medias tintas, Nogueras al presidente del Gobierno español que, por toda respuesta, sonrió y aseguró que así lo haría.
#SomosLosMejores
El presidente español se parapeta tras‘The Economist’
Acuciado por las urgencias de sus socios de babor a estribor y de proa a popa y asediado por la oposición de la diestra y la ultradiestra, Pedro Sánchez se parapetaba en los parabienes de una prestigiosa cabecera británica a su gestión. “El semanario The Economist nombra a España como la economía que más prosperó en 2024, situándola a la cabeza de las 37 economías más avanzadas del mundo. Somos un país formidable y tenemos un gran futuro por delante”, sacaba pecho. La procesión iba por dentro.