Irlanda del Norte celebra este lunes el 25 aniversario de la firma del acuerdo del Viernes Santo, entre fuertes medidas de seguridad por la amenaza terrorista de los disidentes del ya inactivo IRA y la visita del presidente estadounidense, Joe Biden, firme defensor del proceso de paz.
Biden, de origen irlandés, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, llegarán a Belfast el martes por la tarde para conmemorar durante dos días el histórico pacto firmado el 10 de abril de 1998, el texto que puso fin a un conflicto que causó más de 3.500 muertos durante casi 30 años.
La Casa Blanca tiene previsto aportar más detalles sobre el programa del mandatario demócrata el lunes, si bien fuentes locales ya han confirmado que pronunciará, posiblemente el miércoles, un discurso en el nuevo campus de la Universidad del Ulster, en la capital norirlandesa.
Biden, quien no estará acompañado por la primera dama, Jill, se desplazará el miércoles a Dublín para continuar en la República de Irlanda su gira de cuatro días por la isla.
El presidente no tiene previsto visitar el castillo de Stormont, sede de la Asamblea autónoma norirlandesa y cuyo Gobierno de poder compartido está suspendido desde hace más de un año por el rechazo del unionismo probritánico a los arreglos del Brexit para la región.
Desde algunos sectores, se interpreta esta ausencia, así como la aparente escasez de eventos programados en Belfast, como muestra de las tirantes relaciones que supuestamente mantienen Washington y Londres.
De hecho, la visita de Biden a Irlanda del Norte genera más entusiasmo entre la comunidad nacionalista proirlandesa que en la unionista protestante, al tiempo que los medios locales hablan de un clima enrarecido entre los Gobiernos del Reino Unido y de EE.UU. por la gestión del Brexit, sobre todo durante el mandato de Boris Johnson.
El presidente estadounidense se ha caracterizado en los últimos años por su rechazo a este divorcio y es visto como un político más próximo y afín a Dublín que a Londres.
Asimismo, ha presionado recientemente a los políticos norirlandeses para que acuerden la formación de un Ejecutivo conjunto, lo que es interpretado por el unionismo como un intento por interferir en los asuntos de la provincia británica.
El viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Micheál Martin, ha negado que existan tensiones y ha recordado que la "gente envidia" el "compromiso" del presidente con "toda la isla de Irlanda".
"Creo que su visita a Irlanda del Norte es una muestra de su compromiso genuino con la ciudadanía de Irlanda del Norte", ha indicado Martin.
Ocho millones de gasto en seguridad
El paso de Biden por la región ha llevado a la Policía autónoma (PSNI) a diseñar el "mayor dispositivo de seguridad" en casi 10 años, que se calcula podría costar a las arcas públicas unos 8 millones de euros, tras el refuerzo de las medidas antiterroristas y la llegada de 300 efectivos adicionales del resto del Reino Unido.
En este sentido, las fuerzas del orden han comunicado que disponen de "información fiable de inteligencia" sobre planes de grupos disidentes republicanos para atentar el lunes de Pascua.
El "número dos" de la Policía, Bobby Singleton, ha indicado que la información sale de las propias comunidades donde aún operan escisiones del ya Ejército Republicano Irlandés (IRA), opuestas al proceso de paz.
El lunes de Semana Santa es una fecha muy simbólica para el republicanismo pro-irlandés, pues conmemora el Levantamiento de Pascua de 1916, la rebelión contra la ocupación británica que sentó la bases de la posterior guerra de independencia del Reino Unido.
En concreto, la PSNI se ha manifestado preocupada por los eventos programados en Derry (oeste) ya que podrían derivar en disturbios, como los ocurridos en esa localidad en 2019 y que resultaron en el asesinato de la periodista Lyra McKee.
"Nos preocupa realmente que haya intentos por implicar a la Policía en graves desórdenes públicos y aprovechar la situación como una plataforma para lanzar también ataques terroristas contra los agentes", ha explicado Singleton.
El Gobierno británico ya elevó el pasado marzo el nivel de la amenaza terrorista en Irlanda del Norte de "considerable" a "grave" ante el peligro de acciones de disidentes republicanos.
Este incremento implica que los servicios secretos británicos MI5 (internos) consideran "muy probable" un ataque en Irlanda del Norte, después de que un agente de Policía fue tiroteado recientemente por el Nuevo IRA, otra escisión nacionalista.