El pasado 26 de enero la oficina de Kutxabank de la calle Anaka de Irun dejó de ofrecer atención presencial a sus clientes, dejando únicamente los cajeros automáticos en la sucursal y trasladando el servicio a la oficina de San Miguel, en la calle Luis de Uranzu. Se trata de la única oficina bancaria con la que contaba el barrio, por lo que la asociación de vecinos de Anaka ha lamentado estos días el "cese unilateral de la atención al público" por parte de la entidad a los "numerosos clientes" que acudían a la sucursal por su ubicación.
En concreto, desde la asociación consideran que Kutxabank "debiera valorar no solo los intereses propios, sino la atención personalizada", especialmente la dirigida a personas mayores que, por salud, tengan la movilidad reducida o que no sepan utilizar las nuevas tecnologías. Así, la plataforma vecinal asegura no entender cómo "de la noche a la mañana" una sucursal como la de Anaka, que venía a "descongestionar" la atención en la de San Miguel y a ofrecer un servicio para el barrio, deja de ofrecer el trato presencial.
La decisión de cesar el servicio en Anaka obliga ahora a los clientes a acudir a la sucursal de San Miguel, lo que para la asociación conlleva numerosos problemas, como los propios desplazamientos, la dificultad para encontrar plazas de aparcamiento o el incremento de los tiempos de espera de las atenciones.
Por todo ello, la representación de los vecinos de Anaka considera que, con esta decisión, la que hasta ahora había sido "una entidad de carácter social modélico en el Estado español" pasa a convertirse "en un servicio impersonal que abandona a su clientela", en especial "a las personas de edad". Para finalizar, desde el barrio solicitan a Kutxabank que recapacite, pidiendo "una solución intermedia" que posibilite la atención presencial en Anaka.
La progresiva desaparición de la atención presencial en las sucursales bancarias es una tendencia al alza en el conjunto del Estado que, con este caso, parece haber llegado también a Irun. Se trata de un tema que se está tratando en el Congreso de Madrid, en el que ya se han registrado varias iniciativas para garantizar la asistencia presencial en el sector bancario.