Bajo el lema El control no es amor, el Ayuntamiento de Irun se dispone a poner en marcha una campaña de sensibilización contra la violencia de género, con motivo del Día Internacional de la Violencia hacia las Mujeres que se celebra el 25 de noviembre.
La difusión del material de la campaña comenzará el día 7 de noviembre y se extenderá hasta el día 28 del mismo mes. Como adelantó este jueves la delegada de Igualdad, Miren Echeveste, el Consistorio busca que el mensaje cuente con una amplia presencia en las calles, con cartelería en marquesinas y en otros elementos de la vía pública.
También se repartirán carteles en los comercios e instalaciones municipales, y se la campaña se difundirá en centros educativos y sanitarios. De la misma forma, se distribuirán folletos y, como novedad, una guía de doce páginas en los que se hace alusión a los diferentes tipos de violencia machista y se identifican los mensajes y comportamientos típicos de tres formas de violencia: la psicológica, la económica y la vicaria.
En cuanto al contenido de la campaña, Echeveste recordó que si el año pasado el foco estuvo puesto en concienciar sobre las primeras manifestaciones de la violencia de género en la etapa adolescente, este año se ha extendido el mensaje a la edad adulta.
Además, al ser Irun una de las ciudades de Euskadi en las que más nacionalidades conviven, el área de Igualdad ha querido hacer hincapié en que “ser mujer migrante es un factor de riesgo” en el contexto de las violencias machistas. Por ello, la campaña se va a editar en los cinco idiomas más hablados en la localidad: euskera, castellano, francés, árabe y rumano. Y es que, según alertó Echeveste, “tres de cada cuatro mujeres migradas a Irun han sufrido o sufren violencia de género”.
En definitiva, la campaña busca resaltar aquellas actitudes relacionadas con los primeros indicios de maltrato psicológico. “Hay señales que todas y todos podemos detectar en nuestra vida diaria y que, en muchas ocasiones, tenemos interiorizadas dentro de una normalidad ficticia”, explico la delegada, que urgió a no normalizar estas actitudes.