El Gobierno español quiere que las aguas vuelvan a su cauce con el Ejecutivo vasco y con el PNV. Se propone bajar la temperatura del conflicto que ha desatado la negativa de los ministerios correspondientes a negociar cuatro transferencias a Euskadi, cuatro materias que aparecen en el calendario aprobado por el propio Consejo de Ministros. El anuncio lo realizó Pedro Sánchez en el debate de política general del Congreso ante el estupor del PNV y del lehendakari Urkullu, quien se preguntó si, más allá de esos cuatro puntos, el presidente español ha decidido de manera unilateral zanjar el proceso de negociación y dar por cumplido el Estatuto de Gernika. La polémica ha cuestionado el compromiso de Sánchez con el autogobierno. En ese sentido, el Ministerio de Política Territorial que dirige Isabel Rodríguez realiza una primera aclaración: seguirán trabajando en futuros traspasos. Y adelanta a este periódico que se reunirá la semana que viene con la consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi.
Este periódico se ha puesto en contacto con el Ministerio para preguntarle si esa negativa a los cuatro traspasos es definitiva, es decir, si ha decidido no negociar que Euskadi gestione la meteorología, el litoral, los permisos de trabajo de inmigración y el fondo de protección a la cinematografía. Esas fuentes confirman que existen dificultades en algunos aspectos concretos, pero añaden que ambos gobiernos siguen “trabajando en futuros traspasos”. “Las relaciones del Gobierno central con el Gobierno vasco respecto a futuros traspasos son buenas. Tenemos unas relaciones fluidas. Existen, como en todos estos procesos, algunas dificultades en algunos aspectos concretos. Es decir, en ámbitos sectoriales que afectan a otros ministerios, pero que son normales en estos procesos de negociación. A pesar de estas dificultades, ambos gobiernos seguimos trabajando en futuros traspasos”, defienden.
Y añaden: “La semana que viene, a raíz de la reunión de la Carue en Leioa (la conferencia con las autonomías para preparar la presidencia europea de Sánchez, conferencia que tendrá lugar el viernes 29), la ministra Rodríguez mantendrá una reunión con Olatz Garamendi para seguir estrechando nuestras relaciones con el Gobierno vasco. Desde el Gobierno de España no se cierran las puertas a futuros traspasos. Siempre estaremos abiertos al diálogo”.
No queda claro si esos cuatro traspasos siguen vetados, pero sí se confirma que se mantiene vivo el proceso de negociación de más transferencias en general. Se arroja así algo de claridad, porque se ratifica un compromiso que el lehendakari ya veía en el aire tras el anuncio de Sánchez, pero también por la ausencia de movimientos con las transferencias: ha pasado más de un año desde la última vez que se pactó una materia del calendario (prisiones) y, si se cuenta el IMV, que estaba fuera del cronograma, hay que remontarse a marzo de este año.
El último encuentro público de la ministra y la consejera se produjo precisamente en marzo en la Comisión Mixta de Transferencias pero, si se habla de encuentros cara a cara solo entre ambas, el último tuvo lugar en septiembre del año pasado. El PNV había lamentado estos días que el Ministerio no termine de dar cauce a las peticiones que le formula la consejera Garamendi. Había pedido un impulso político. La reunión del viernes brinda la oportunidad de testar si se va a producir o no ese impulso para desbloquear el diálogo.
La posibilidad de negociar o no los cuatro traspasos ahora rechazados, que son cuatro materias en torno a las cuales envió una oferta la consejera Garamendi, permanece todavía envuelta en una neblina sin que conste con claridad una decisión política a favor. El Gobierno vasco no renuncia a ellos, y sobran ejemplos de otros traspasos que se consideraron imposibles, como el IMV y las prisiones, y que finalmente se pactaron. De todos modos, queda poco más de un año de legislatura en el Estado y se verá qué materias priorizan ambos gobiernos. La única que se está negociando es la que hace referencia a las líneas de tren de cercanías, una cuestión clave para el Gobierno vasco y donde han surgido algunas objeciones en el Estado sobre su alcance aunque, en la práctica, la gestión de Renfe en Euskadi desgasta a La Moncloa por la escasa inversión y la cancelación de trenes. Puede ser un punto de encuentro.
ACUERDO DE INVESTIDURA
El propio Consejo de Ministros aprobó un calendario de transferencias, que es a su vez la plasmación práctica de uno de los puntos del acuerdo de investidura de Sánchez con el PNV. El presidente se comprometió a cumplir el Estatuto, y también a culminar la transferencia de Tráfico a Nafarroa. Los incumplimientos en este terreno han tensionado la relación con el PNV y han dejado maltrecha su confianza, hasta el punto de preguntar a Sánchez con quién piensa ser investido en la próxima legislatura. En la presente legislatura, todos los socios están dispuesto a dar estabilidad para evitar unas elecciones que catapulten al PP de la mano de Vox.
Cuidar el flanco del Gobierno vasco es el último cabo suelto que le queda a Sánchez tras unas jornadas en las que se ha propuesto tapar las fugas de agua de su legislatura. Primero, cerró la crisis con sus socios de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, anunciando medidas como los impuestos a las energéticas y la banca. Después, se reunió con el president Aragonès y prometió reactivar la mesa de diálogo sobre el conflicto catalán para dar una percha a ERC.