Bilbao – En las últimas semanas se está discutiendo la posibilidad de quitar la mascarilla de los espacios interiores. ¿Qué opina sobre esta medida?
—En estos momentos la incidencia del virus ha bajado bastante, y por otro lado tenemos unos niveles de inmunidad bastante altos. Por eso, el riesgo de eliminar las mascarillas en el interior, un espacio más peligroso que los exteriores, puede ser aceptable, asumible. Hay que llegar a un equilibrio, entre ir recuperando la normalidad poco a poco y manteniendo unos niveles de seguridad aceptables. Ahora, con una incidencia bajando y con una inmunidad en principio buena, puede ser razonable que se opte por esta medida. Porque sino, ¿cuál es el punto? No hay una certeza absoluta de que esto se haya terminado; de hecho, porque no va a terminar completamente.
Y de ahora en adelante, ¿qué? ¿Habrá que vacunarse más contra la covid-19?
—Que termine la pandemia no significa que el virus vaya a desaparecer, más bien al contrario. Va cambiando, evolucionando, y no sabemos hacia donde nos lleva. Lo que sabemos es que cuando te vacunas o has tenido la infección los anticuerpos se mantienen durante un tiempo, varios meses, y a partir de ahí los anticuerpos van cayendo. Pero se queda una inmunidad celular que se ha visto que es más estable; aunque no sabemos lo que dura. Hay que vigilar cómo avanza la inmunidad y ver si es necesario revacunar. Pero creo que conviene reforzar la inmunidad de la población vulnerable para evitar una situación como la que vivimos al principio de la pandemia.
¿Podríamos encontrarnos de nuevo ante ese escenario?
–No. Bueno, en ciencia nunca se puede decir seguro, pero es poco probable. Esto ha sucedido porque ha aparecido un virus que era nuevo para nuestro sistema inmune y se ha encontrado con un terreno virgen, no había ninguna inmunidad. Actualmente, el nivel de inmunidad mundial, aunque hay diferencia según los lugares del mundo, es bastante alto, por lo que ya no tiene todas las puertas abiertas. Aunque la población se puede ir revacunando, los anticuerpos van a ir cayendo, y eso favorece que el virus nos reinfecte, pero la inmunidad celular dura más tiempo; es la que nos va a proteger de que aunque nos infectemos la enfermedad no sean tan severa, y no lleguemos a ese escenario tan horrible que vivimos al principio.
¿Podría volver a ocurrir una pandemia como esta?
—Desde luego. Nosotros, que trabajamos con los coronavirus siempre decimos que son virus emergentes con potencial pandémico. Pueden emerger porque están en la naturaleza en reservorios. Tienen varias propiedades, por una parte están en reservorios de la naturaleza, y además, cambian. Así, pueden adquirir propiedades nuevas, como infectar a otra clase de animal, y ahí estamos nosotros. La salud humana no es que miremos solo al ser humano, protegerla implica mirar también el estado de salud de los animales y el medio ambiente. Muchas veces un animal está en un ecosistema y el ser humano en el suyo, pero cuando hay cambios en la naturaleza que ponen en contacto a aquel animal con el ser humano se da la posibilidad del salto, y se puede generar un virus que puede ser epidémico o que puede terminar siendo pandémico. Esa posibilidad es una realidad. No podemos vivir de espaldas a esa posibilidad.
¿Y cómo se puede prevenir?
—Eso se resuelve con la vigilancia epidemiológica. Cuando alguien va con neumonía a un hospital hay que identificar cuál es la causa, como pasa con la gripe, que hay un sistema de vigilancia centinela. Tener antivirales que funcionen frente a familias de virus, que eso se vaya haciendo, porque la amenaza esta ahí. ¿Cuándo pasará la siguiente pandemia? ¿Dentro de cinco años? ¿Dentro de 200? No lo sabemos, pero hay que estar preparados. No podemos confiar en que por justicia planetaria como ya hemos tenido una pandemia nuestra generación no va a sufrir otra, no lo sabemos.
¿Cómo se encuentra la investigación tras el boom de este año?
—En los presupuestos hay un pequeño aumento para inversión, pero no llegamos al 2%, la cifra mínima en los países del entorno. Llevamos un retraso histórico y superar eso no ocurrirá de un año para otro. Todavía hay una deuda, se necesita inversión. No se puede dejar a un lado y dentro de unos años decir: si tenemos dinero invertiremos. No. La pérdida es difícilmente reversible. Tiene que haber un conocimiento que se transmita de generación en generación. Si no estás al mismo nivel que otros países, te quedas atrás y no sirves de mucho.
"Es poco probable que nos volvamos a encontrar en un escenario igual que el principio de la pandemia; ahora tenemos inmunidad"
"Para prevenir que algo así nos vuelva a ocurrir es imprescindible realizar una vigilancia epidemiológica"