Con el relevo al frente del Colegio de Biólogos de Euskadi (COBE) pretende romper con la etapa anterior, un tanto convulsa, encabezada por un decano negacionista. La postura de Jon Ander Etxebarria desató una tormenta interna en el Colegio que se desmarcó de sus controvertidas reflexiones y ahora está pilotado por una nueva junta directiva para restaurar su imagen. En esta nueva andadura, su actual responsable, Isabel Tejada, reivindica el papel clave de estos profesionales en la pandemia y en unos tiempos decisivos donde salud y cambio climático avanzan de la mano.
No puede ser fácil acceder a un cargo como este después de la tremenda polémica suscitada por las tesis negacionistas del anterior decano desacreditando, por ejemplo, la utilidad de las mascarillas o de las pruebas PCR.
—Aquello provocó un revuelo tremendo en el Colegio. Fue el principal motivo para que los 13 nuevos miembros de la Junta estemos aquí. Yo no voy a entrar en las ideas de una persona, que en un momento determinado puede darle por pensar así por muy científico que sea; no olvidemos que también hay grupos de médicos negacionistas. Pero la inmensa mayoría de los colegiados opinamos que se utilizó la web del Colegio de Biólogos de Euskadi para difundir esas tesis. Y eso no puede ser. Se usó la web, pasó a redes sociales y eso dio lugar a un gran malestar entre todos los colegiados. Y fueron surgiendo voces y profesionales que, por otra parte, también teníamos ganas de cambiar las líneas de actuación del Colegio porque la sociedad está en un momento trascendental con temas, como el cambio climático o la destrucción de la biodiversidad que implican una visión diferente.
Los biólogos han hecho un trabajo muy importante en esta pandemia y, sin embargo, no les han dado mucha voz.
—Los biólogos hemos estado en primera línea de la pandemia, pero quizá no se nos ha oído. La nueva junta persigue la visibilidad del biólogo porque estamos en todos los sitios: hay biólogos en el LABI técnico, la voz de la UPV en esta pandemia es la catedrática Miren Basaras que también es bióloga... Estamos en un momento de cambio y en todos los campos importantes, los biólogos tenemos mucho que decir; en el clima, en las energías limpias, la salud, por supuesto la salud animal porque el coronavirus surge presumiblemente de los murciélagos... Estamos en todos los sitios, también en la epidemiología, sin que se nos nombre como biólogos.
Aunque usted es bióloga genetista y no futuróloga, ¿qué escenario vislumbra para la pandemia en un futuro próximo?
—Debemos atenuar la pandemia con la vacunación y con la investigación científica. Adelantarnos siempre al virus y prever lo que puede ocurrir, variantes que pueden surgir... E investigar en la modificación de las vacunas. La ciencia tiene que estar siempre presente y por eso demandamos inversión. Hay que invertir en grupos científicos que investiguen estos temas.
No se pudo evitar la tercera ola, tampoco la cuarta, ahora estamos inmersos en la quinta. ¿Hemos pecado de ingenuos?¿Por qué estamos tan mal?
—Es que se ha pretendido buscar un equilibrio entre pandemia, la política y la economía que no casa bien, porque el virus siempre nos gana. La tercera ola fue por la Navidad, la quinta actual es por el verano y porque se necesita el turismo. Y la apertura de puertas inevitablemente trae más contaminación. Los expertos siempre hemos dicho que mascarilla permanente, pues la quitan en la calle. Por suerte, la gente es bastante responsable. Hemos dicho: el virus se transmite por aerosoles. Y desde la Academia de Ciencias Médicas ya pedimos que se prohibiera fumar en las terrazas, en las playas... Y tampoco. Los científicos hemos estado pidiendo más restricciones pero los políticos y la economía miran para otro lado. Y luego sale mal. La vacuna, no nos engañemos, protege de la enfermedad, pero no impide que cojas el virus.
Ustedes, los biólogos, son los primeros expertos que tienen las claves para descifrar el virus.
—Hay biólogos que son grandes expertos en virología. De hecho, una de las mejores investigadoras españolas en la evolución de los virus es bióloga. Y en Bizkaia, en BioCruces, los biólogos están secuenciando los virus para saber a qué variante corresponden. En BioCruces hay un 60 o 70% de biólogos en todas las líneas de investigación.
¿Qué papel pueden tener las mutaciones en el devenir de la pandemia? Cuando ya creíamos que el tema estaba superado por la vacunación masiva, la variante delta ha echado para atrás todos los buenos pronósticos.
—Todos los virus mutan. Todo organismo vivo cuanto más rápidamente se multiplica, más fácilmente presenta mutaciones. Y eso que dentro de los virus, los coronavirus son de los que menos mutan. Pero aún así, lo hacen. Y esos cambios se dan por todo su genoma. Cuando se multiplica, lógicamente la capacidad de reproducción del virus y su expansión es mucho más grave.
Con esta circulación masiva, ¿podría surgir un número indeterminado de mutaciones ?
—Como el virus se está multiplicando muy rápidamente, variantes hay muchísimas. Incluso la propia variante delta puede mutar. Cada variante depende siempre del sitio donde se haya producido el cambio de la base nitrogenada. Y se multiplica sobre todo porque hay todavía bastante gente sin vacunar. Por eso se trata de acelerar la vacunación.
¿Temen que alguna pueda escaparse de las vacunas?
—Ese es el temor, pero tenemos una buena herramienta y es que las vacunas de ARN se pueden cambiar muy fácilmente porque son sintéticas. En el momento en el que haga falta otra secuencia, se cambian. La ciencia ha avanzado tanto con este tipo de vacunas que si la actual no funciona, se modifica. Es un tema que conozco bien al ser yo genetista y es fácil de hacer.
¿Por qué se sabe tan poco de cuánto va a durar la inmunidad que proporcionan las vacunas? Es otra de las grandes incógnitas.
—Pues porque no hemos tenido tiempo para estudiarlo. La ciencia se nutre de datos. Gracias a la concienciación masiva de la población ha habido miles de voluntarios para los ensayos clínicos y muchos datos en poco tiempo. Pero para saber si los anticuerpos duran o no, tenemos que esperar y volver a hacer estudios entre la población vacunada con esos anticuerpos, para ver si nos han durado o se han eliminado. Por lo tanto, nos hace falta más tiempo.
¿Usted ve inevitable que se ponga una tercera dosis?
—Yo creo que hay que esperar. Se está hablando de la tercera dosis, pero ahora lo más importante es que la población esté vacunada.
Es difícil luchar contra un virus en el primer mundo mientras los países menos avanzados no tienen vacunas.
—Por supuesto. Esa es la otra derivada. Todos los expertos hemos pedido a la OMS la solidaridad con los países del tercer mundo. Hemos exigido que se manden vacunas, pero se envían muy poquitas.
"Las vacunas de ARN son una buena herramienta y, ante cualquier mutación del virus, si hace falta cambiar, se cambian. Es fácil de hacer"
"Los expertos hemos dicho siempre mascarilla. Pues bien, la quitan. Hemos pedido que no se pueda fumar en la calle, y nada..."