Isabel Urrutia: “Todos los síntomas de las enfermedades respiratorias se agravan con la contaminación”

¿Cuáles son las principales contaminantes atmosféricos?

—Los óxidos de nitroso (NOX), los sulfuros y el material particulado, sobre todo los PM2,5 y PM10, que hacen referencia al diámetro del material, y luego el ozono.

¿Qué enfermedades respiratorias la acusan más?

—Las personas que sufren asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una enfermedad producida por el tabaco. Esos son los enfermos crónicos que más lo acusan. Generalmente un asmático es una persona que se toma un tratamiento de mantenimiento, y no tiene por qué enterarse casi de que tiene asma. Hace una vida normal con su medicación. Pero en los días que hay más contaminación, los síntomas de esos pacientes se agudizan, y necesitan más medicación e incluso acuden más a urgencias. Realmente no hay ninguna enfermedad respiratoria que se libre.

¿Y los niños?

—Se ha visto también que la contaminación es responsable de la incidencia de asma en niños porque es un factor de riesgo. Aquellos niños más expuestos a contaminación, tendrán más asma.

Son, junto con los mayores, la población vulnerable.

—Sí a este tipo de riesgos afecta más los niños, los mayores y a las mujeres embarazadas expuestas porque sus bebés, al nacimiento, son de bajo peso, tienen mayor mortalidad y además presentan riesgo de desarrollar asma.

Además sufrimos el impacto del cambio climático.

—El cambio climático y la contaminación son dos fenómenos que no son iguales, pero que se mezclan. Son los responsables de aumentar la huella de carbono. También se ha visto que con la crisis climática hay fenómenos adversos que antes no existían. Las temperaturas extremas tienen consecuencias tremendas ya no solamente para el aparato respiratorio, sino que provocan deshidratación y golpes de calor.

El problema va a más.

—Es imparable. El mayor problema es que los cambios climáticos de antes eran lentos y las especies se adaptaban, pero en este es diferente por dos motivos. Porque lo estamos produciendo los humanos y porque va a tal velocidad que no nos podemos adaptar ni nosotros ni otras especies.