Alexander Isak era un hombre feliz al acabar el encuentro ante el Espanyol. El sueco se erigió en el héroe de la victoria al transformar el penalti en el último minuto del descuento. Los realistas incluso demostraron sangre fría para protegerle antes de que lanzara y no se desconcentrara: "Ya estaba planeado que si había penalti lo iba a tirar yo, pero el balón lo retuvo Merino un poco para despistar. Decidí tirar fuerte a un lado, y aunque el portero fue a ese lado era difícil pararla".
La sequía que arrastraba se había alargado en 86 días sin ver puerta: "No es fácil, los delanteros siempre queremos marcar, pero para mí es más importante jugar, y si lo hago bien en el campo voy a tener ocasiones y terminarán entrando. Espero que pueda acabar la temporada de la mejor manera posible".
Isak confía en el que su epílogo en este campeonato le permitan mejorar mucho sus registros: "Espero que sí. Lo que ha pasado ya no puedo cambiarlo, pero quedan ocho partidos en Liga y tenemos que darle duro, yo incluido, para acabar donde queremos".
Su presencia en la banda izquierda fue la gran novedad en la alineación de Imanol: "Todos sabemos que no es mi posición habitual, es más fácil con el balón, no hay problemas. Aunque sin balón a veces no sabes cómo defender y esas cosas... Pero ha ido bien y me siento bastante satisfecho".