La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza se ha intensificado este sábado con una nueva masacre que se ha cobrado la vida de al menos 210 personas y más de 400 han resultado heridas. El ataque se ha concentrado en varias zonas del centro de Gaza, principalmente el campamento de refugiados de Nuseirat, escenario de una operación del Ejército de Israel que se ha concluido con el rescate con vida de cuatro rehenes en manos de las milicias palestinas desde el 7 de octubre.
Testigos de la agencia oficial palestina Wafa han indicado que se ha tratado de un bombardeo “sin precedentes” que ha durado más de una hora en Nuseirat, Deir al Balá, Zueida y Bureij. El Ministerio de Salud de la Franja, bajo control de Hamás, ha denunciado un “gran número de muertos y heridos” en este ataque contra el campo de refugiados, que ha descrito como una “horrible masacre”, al igual que ha hecho el portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina –que controla Cisjordania–, Nabil abu Rudeina.
“Esta masacre es una continuación de la guerra genocida a la que está expuesto el pueblo palestino”, ha declarado antes de pedir una vez más la intervención inmediata de la comunidad internacional y del Consejo de Seguridad de la ONU para que “obliguen a las autoridades de ocupación a detener inmediatamente todas estas acciones, que violan todas las resoluciones internacionales”.
Mientras, y en un comunicado publicado en su página de Facebook, el Ministerio gazatí ha señalado que la mayor parte de las víctimas son “mujeres y niños” que llegaban en esos momentos al Hospital de los Mártires de Al Aqsa, en la vecina Deir al Balá. El Ministerio ha alertado de que el saturado sistema de ambulancias está incapacitado para atender todas las peticiones de socorro tras los bombardeos, que se extienden por las inmediaciones del centro médico donde están recibiendo atención médica las víctimas.
Liberación de rehenes
A las pocas horas del comienzo del bombardeo, Israel anunció la liberación de la joven Noa Argamani y de tres hombres, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv, todos ellos secuestrados durante el festival de música Supernova, uno de los principales objetivos del ataque de las milicias palestina el pasado 7 de octubre.
Israel libera a cuatro rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre
La liberación ocurrió tras una operación simultánea contra dos escondites de las milicias de Hamás “en el corazón del campamento de refugiados”. Argamani fue liberada en uno y los otros tres rehenes fueron extraídos durante el segundo objetivo.
Los cuatro rehenes liberados
“Se encuentran en buenas condiciones médicas y han sido trasladados al Centro Médico ‘Sheba’ Tel-HaShomer para realizar más exámenes médicos”, indicó el Ejército en un comunicado. Tanto el presidente Isaac Herzog, como el primer ministro, Benjamín Netanyahu, hablaron con la rehén rescatada, cuya liberación fue ampliamente demandada por Israel por razones humanitarias, ya que su madre se encuentra enferma de cáncer en estado terminal.
“Te abrazo en nombre de toda la nación de Israel”, le dijo Herzog, mientras que Argamani aseguró estar “muy emocionada” y feliz de volver a hablar en hebreo durante su primera conversación con Netanyahu. “En hebreo y en casa, lo cual también es importante. No nos rendimos contigo ni por un momento. No sé si ustedes lo creyeron, pero nosotros lo creímos y me alegro de que haya sucedido”, le respondió el primer ministro. “Mejora con tu familia y abraza también a tu madre”, añadió.
Netanyahu, por su parte, señaló que Israel “una vez más, ha demostrado que no se rinde ante el terrorismo y actúa con una creatividad y un coraje sin límites para traer a casa a nuestros secuestrados”, apuntó. “No cejaremos hasta completar la misión y devolver a todos nuestros secuestrados a casa, tanto los vivos como los muertos”, añadió.
El ataque contra Nuseirat fue confirmado por el Ejército israelí y se produce tras los que tuvieron lugar el miércoles contra una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), que según las autoridades gazatíes mató a 40 personas, y el jueves, que acabó con la vida del alcalde del campamento, Iyad al Maghari. Como justificación, Israel afirmó que la escuela albergaba al menos a 17 terroristas de Hamás, muertos en el ataque.