Partiendo de la base de que "es mejor educar en el uso de la tecnología que prohibir", la psicóloga Itxaso Sánchez desvela en las charlas que ofrece en las escuelas de padres y madres de Bizkaia los ingredientes para ofrecer a los hijos "una dieta digital saludable".
¿Cuáles son las mayores preocupaciones de los padres y madres vizcainos con respecto al uso de las nuevas tecnologías?
—Lo que más les preocupa es la desconexión de los preadolescentes en las relaciones, verlos sentados en grupos en la calle con los móviles en la mano. También la desconexión que hay en las casas por estar con el móvil, un videojuego o las redes sin vincularse con los padres. Por otra parte, les inquieta la adicción que ven que genera en los niños, desde el primer contacto, una tableta o un móvil.
A veces se los ponen en las manos por comodidad o 'supervivencia'.
—A veces recurrimos a las tecnologías para entretenerlos mientras terminamos de hacer la cena o hablamos por teléfono, en reuniones familiares o sociales, teletrabajamos... Este uso erróneo provoca que las tecnologías pierdan su poder como refuerzo positivo ante acciones o conductas que pretendamos reforzar, termine siendo moneda de cambio y con el tiempo se puedan volver en contra de los propios padres y madres.
¿Qué pueden hacer los progenitores para propiciar que su uso sea comedido y responsable?
—Es importante que las familias estén al día en todo lo relativo a Internet y las nuevas tecnologías, acordar unas normas de uso claras estableciendo y haciendo cumplir un horario, tener el ordenador en una zona de uso común y utilizar programas de control parental. También es fundamental explicarles que no todas las web tienen la misma credibilidad, que los datos personales son información sensible que puede ser utilizada en su contra y que en las redes hay que respetar a los demás porque detrás de cada apodo hay una persona. Es necesario asimismo dialogar frecuentemente y sin presiones sobre el uso de las tecnologías y sus riesgos para que, cuando les suceda algo extraño o que les incomode, lo puedan comunicar.
El uso excesivo de las tecnologías les puede acabar pasando factura en su salud física y mental.
—A nivel físico los problemas más frecuentes son el sobrepeso, los musculares, articulares y oculares, la anorexia o la bulimia y las autolesiones. A nivel psicológico, puede causar síndrome de abstinencia, sentimientos de culpabilidad, adicciones a Internet, escaso control de pulsiones, baja autoestima...
Un mal uso también hace mella en su relación con el entorno.
—Muestran irritabilidad al ser interrumpidos en su conexión a Internet o en su videojuego o al ser castigados con no utilizarlos, mienten, olvidan responsabilidades domésticas, presionan para comprar aparatos, baja su rendimiento escolar...
¿Cuándo es necesario intervenir?
—Cuando el tiempo gastado en tecnología consume el de otras actividades, abandona otros entretenimientos, como jugar con los hermanos o amigos, se retira de momentos familiares, demanda el uso de las tecnologías mientras se come, gasta mucho tiempo en Internet sin ningún propósito y, sobre todo, cuando sus emociones se vuelven incontrolables al ponerle límites y presenta ansiedad y cambios bruscos de estado de ánimo al separarle de ellas.
Una vez conocida la teoría, lo complicado es intentar llevarla a la práctica y salir 'indemne'.
—La disparidad de criterios entre los menores y sus padres y madres sobre el tiempo y el uso de las tecnologías termina en conflictos, que pueden ser solucionados con charlas sinceras y razonadas, con acuerdos y horarios consensuados, donde queden claras las responsabilidades y necesidades de cada uno, planteando actividades alternativas, pero manteniendo siempre el principio de autoridad. Hay que tener claro el papel de padre o madre como educador y no como colega para no ceder ante las presiones de los hijos e hijas.
Algunos consejos
Dar ejemplo
Rebajar su uso. Para dar ejemplo es necesario que padres y madres dejen o rebajen considerablemente el uso de las tecnologías. Hay que establecer límites de tiempo y usarlo para otras actividades.
Conectar
Tiempo para compartir. El menor puede haber comenzado la adicción por tener ansiedad social, por lo que hay que diferenciar cuándo se le permite o no el uso de dispositivos. Se deberá sustituir por un poco de tiempo para compartir con él.
Alternativas
Lista de planes. Para buscar alternativas, se le puede proponer que cree una lista de las cosas que le gusta hacer. Esta no puede incluir nada de tecnología. Aplicad las ideas durante el tiempo designado para conectar con él cuando sea posible.