Itziar Lete (Mutriku, 1968) lleva muchos años vinculada al mundo de la pelota, aunque fue en diciembre de 2020 cuando fue elegida la presidenta la Federación Guipuzcoana de Pelota, tras ocho años dentro de la junta directiva. “Pensé que el hecho de que yo fuera presidenta, en un mundo de hombres como la pelota, sería un avance a nivel de igualdad”, reconoce a este periódico.
Lete comenzó su incursión en el mundo de la pelota como miembro de la asociación Danok Bat de Mutriku. “Vimos que se podían cambiar o mejora algunas cosas en la asociación y empezamos a ir a las reuniones de la federación”, recuerda. Fue ahí cuando, tras algunos encuentros, se les propuso a ella y a otras mujeres formar parte de la junta directiva, con el objetivo de aumentar la presencia femenina.
Tras casi una década en el órgano directivo, y con la llegada de las elecciones, llegó el momento de plantearse la presidencia. “Cuando me lo propusieron, le di muchas vueltas”, recuerda, “tuve muchas dudas”. Sin embargo, el deseo de contribuir a la igualdad en el mundo de la pelota la animó “a decir que sí a este cargo”.
A lo largo de estos casi dos años y medio afirma no haber sentido discriminación hacia ella por el hecho de ser mujer. Aunque “es verdad que la presencia de mujeres es cada vez mayor en el mundo de la pelota”, “muchas asociaciones a las que vamos todavía son un mundo de hombres”, señala. A pesar de ello, “no me he sentido rara ni mal tomada”, manifiesta; “creo que, cuando doy mi opinión o adopto decisiones, las toman de la misma manera que las de los hombres”.
En cuanto a la conciliación de su labor en la federación con su vida personal, es un tema complejo, ya que el cargo de presidenta, al igual que el resto de la junta directiva, es voluntario y lo compagina con otro trabajo remunerado. “Te quita mucho tiempo, es trabajo voluntario, por lo que es difícil. En mi caso, cuando tomé la decisión de ser presidenta, era porque se trataba del momento correcto para mí; tengo dos hijos, pero cada uno tenía su camino ya marcado”, lo que le permitió “dedicarle un tiempo a esto”.
Además del camino abierto a otras mujeres para acceder a un puesto como el suyo, Lete pone mucho el foco en continuar aumentando la presencia femenina en el mundo de la pelota, especialmente en cuanto a jugadoras se refiere. En este sentido, la federación puso en marcha la temporada pasada un Plan de Igualdad; entre sus objetivos, destaca la creación de una comisión compuesta por ocho mujeres para promover la inclusión femenina en este deporte.
Por otro lado, Lete considera que la implicación institucional es imprescindible para la consecución de la igualdad. Por ello, presentaron el año pasado un proyecto a la Diputación de Gipuzkoa encaminado a “reforzar las estructuras técnicas de las asociaciones”. Y es que, recuerda, gran parte del equipo técnico, como es el caso de los entrenadores y entrenadoras, se compone de personal voluntario, por lo que conviene “profesionalizarlo o, al menos, dar algunas pautas” para desarrollar la labor siguiendo los principios incluidos en ese Plan de Igualdad.
Más allá del plano teórico, Lete incide en la importancia de “trabajar las bases”, comenzando por el deporte escolar. Y es que, tal y como cuenta, se da el caso de que, a pesar de que haya bastantes niñas y adolescentes participando ya en competiciones deportivas, les toca “hacer un salto grande en su recorrido” , mezclarse con otras jóvenes de edades distintas y jugar torneos que en sí no les corresponden. “Hay que tener esto en cuenta”.
Más tarde, cuando la etapa escolar termina, también hay que “atraer más chicas a las asociaciones”, algo en lo que ya se está trabajando, y también “ofrecerles las mismas competiciones que a los chicos”. Pero ello requiere “un volumen” de jugadoras que hay que continuar aumentando. Además, todo este proceso requiere de tiempo; “las cosas no se hacen mejor por hacerlas rápido. Creo que vamos despacio, pero bien; estas cosas necesitan su tiempo y es mejor hacerlo despacio y bien, que rápido y mal. Porque, muchas veces, estas cosas se convierten en un espectáculo y no es sólo eso, también es un deporte”.
Pero, una vez que el interés en las primeras etapas y la futura participación en fases profesionales de la pelota aumente entre las mujeres, ¿cómo hacer para que el público quiera verlas jugar? “Lo que hace falta es visibilidad”, argumenta Lete, aunque matiza que cree que se está tomando el camino correcto en este aspecto.
El ADN del público que acude a los partidos también ha cambiado a lo largo de los años y ahora “se ve a más mujeres en los frontones y hay otro ambiente”. Y no sólo espectadoras; también empieza a haber juezas y entrenadoras; “hay un movimiento y se ve”.
De cara a este 8M, Lete no quiere dejar pasar la oportunidad para insistir en que “tenemos que seguir peleando y trabajando para que las mujeres tengamos nuestro lugar”. Asimismo, añade que, en lo relativo a nombramientos como el suyo, será un signo de igualdad que “cuando la siguiente mujer se convierta en presidenta, no sea noticia”.