¿Qué hace una concejala de Fiestas después de dos años sin Aste Nagusia?
—Es lógico que la gente se lo pregunte. Lo primero estar muy triste porque la dinámica del Área de Fiestas es diferente a lo que estamos haciendo estos dos años. Nuestro trabajo para Aste Nagusia empieza después de carnavales. Aunque ya tenemos claro la estructura de fiestas hay que sacar pliego de condiciones, escenarios... Hay un montón de trabajo que te obliga a estar trabajando administrativamente. El año pasado primero no sabíamos lo que iba a pasar y estuvimos expectantes. Finalmente decidimos trabajar en formatos pequeños. Fue todo muy raro.
Este año con una parte importante de la población vacunada, ¿ha estado sobre la mesa la posibilidad de hacer algo parecido a una Aste Nagusia aunque fueran menos días?
—No. Fíjese que el pasado año incluso tuvimos dudas, aunque luego se cumplió y lo descartamos, pero en esta ocasión ni nos lo hemos planteado. Se decidió en la comisión de fiestas también y nosotros como Ayuntamiento no vamos a organizar ninguna actividad cultural. Estará el Arriaga porque tiene su propia programación, pero no vamos a organizar actividades. La programación que hemos anunciado para julio y agosto deja la última semana fuera de ese calendario. Lo teníamos claro.
¿Pata evitar las 'no fiestas'?
—Al principio cuando se habló de las no fiestas parecía que pudiera ser una buena forma de definirlo, pero ahora resulta que nos está dando la vuelta. Porque al final todo el mundo sabe que no hay fiestas pero la montan. Hay que tener mucho cuidado. Por eso precisamente nosotros no vamos a organizar nada.
Las comparsas parece que si están trabajando para preparar algo.
—Quieren hacer alguna actividad. No todos los días, pero alguna cosa de pequeño formato. Es uno de los motivos por los que no hemos querido hacer nosotros nada en esas fechas para que no haya una sobreprogramación y la gente se anime como si fueran fiestas.
¿Como concejala de Fiestas de una capital cree que lo que pasa en los pueblos con las 'no fiestas' es hacerse trampas al solitario? Se organiza una programación en las mismas fechas pero no se le llama fiestas y es un efecto llamada.
—Sí, ese es el problema. Una cosa es que haya actividades porque el sector cultural lo está pasando mal e intentas que ese presupuesto que tienes para fiestas, no todo, se revierta con el sector local. Pero nosotros tenemos una responsabilidad y estamos vigilantes con esas actividades. En Bilbao no ha pasado nada, solo ha organizado algo Deusto, pero tampoco lo ha hecho coincidir con San Pedro. Eso es lo que hay que hacer. Intentar alejarlo de lo que hubiera sido. Hay que ser un poco responsables porque nos está pasando que al final el virus está transmitiéndose entre los no vacunados y además la vacuna tampoco da seguridad al 100%.
200 actos programados y recuperan espacios típicos de fiestas. ¿No temen aglomeraciones?
—El año pasado nos pillo de sorpresa, pero este año nos ha dado tiempo a pensar. Por ejemplo, en el caso de los mayores nos parecía que el tema de la Pérgola podía funcionar. Lo hacemos en una semana porque hay que ponerles una carpa por el sol y no podemos tenerles sin protección. Por tanto, al haber una carpa es necesaria una concentración de días, pero se restringe el aforo y habrá medidas anticovid. También nos hemos atrevido con la plaza de la Encarnación porque a las personas mayores les gusta, pero los bailables no los podremos hacer. Recuperamos los grupos del rock local porque durante el año hemos visto que ha funcionado bien y los jóvenes necesitan actuar.
No parece que hasta dentro de mucho tiempo tengan cabida los concursos gastronómicos.
—Lo organizan las comparsas pero en ese sentido son bastante formales, están a la expectativa. Eso sí, va a ser complicado lo de cocinar en la calle y probar de la misma cazuela.
¿Y los feriantes?
—Espacio Público estudia si situación y busca la fórmula de que vengan en unas condiciones relativas. Se van a poner en contacto con las barracas con las que hay contrato. Seguramente será algo diseminado, no un ferial como otros años porque controlarlo sería muy difícil, pero se va a dar una oportunidad para que estén unos días.
Además de fiesta, Aste Nagusia es PIB. ¿Cómo repercute?
—Muchísimo. No solo en la hostelería, también en el turismo. Mucha gente de fuera venía atraída por las fiestas. Era el motor del verano. Además, al principio solo había actividades de noche, pero ya desde hace años hay actividad durante el todo el día.
No hemos llegado a recuperar Aste Nagusia 2021, pero ¿tendremos Santo Tomás, mercadillos, Olentzero...?
—No lo sé. De Santo Tomás no me atrevo a decir nada, pero yo creo que mercadillos si se podrá hacer. Nosotros ya estamos pensando a ver lo que pasa en septiembre, pero intentaremos que Olentzero sea una kalejira como ha sido siempre. Está la alternativa del año pasado, pero tenemos esperanza. En algún momento tiene que terminar esto.
¿Siente cierta frivolidad hablando de fiestas con la que ha caído y todavía está cayendo por el covid?
—Sí claro. Con toda la gente que ha perdido a familiares o amigos, las hospitalizaciones... Hay que hablar con la boca pequeña, pero es verdad que también la gente quiere disfrutar. Es lo que me toca. Otras áreas se encargan de la economía. De todas formas nosotros estos años hemos aportado el dinero que no hemos gastado.
"No se pueden organizar actos en las mismas fechas que las fiestas porque al final es un efecto llamada"
"Con todo lo que está sucediendo parece frívolo hablar de fiestas pero la gente quiere disfrutar"
"Tenemos la esperanza de que este año podamos recuperar Olentzero en kalejira como antes del covid"