Jagoba Arrasate Elustondo (Berriatua, Bizkaia, 22/4/1978) inicia hoy su quinta temporada como entrenador de Osasuna. Así la ve.
Lleva en Pamplona desde 2018. ¡Quién se lo iba a decir!
–Sí, la verdad es que son muchos años y es señal de que estamos a gusto y de que se están cumpliendo los objetivos, pero ahora mismo no miramos atrás. Todos partimos de cero y lo que queremos es empezar bien. Tenemos muchísima ilusión, pero también ese puntito de incertidumbre porque no sabes exactamente cómo estas.
En Primera, sólo Simeone en el Atlético lleva más campañas seguidas en un mismo equipo que usted...
–No es lo más habitual en el mundo del fútbol estar cuatro años en el mismo banquillo y empezar un quinto. Se han dado así las cosas y aún tenemos mucha energía, también la complicidad con el club, con los jugadores y con la afición, y entendemos que éste es el mejor sitio para nosotros y ojalá podamos estar más tiempo.
¿Cómo ha cambiado Jagoba Arrasate en estos últimos cuatro años?
–Ha habido una evolución como entrenador porque cada año, cada experiencia y cada dificultad que superas son diferentes y todo eso te hace mejor. Y como persona, si cuando vine ya era feliz, cuatro años después soy más feliz todavía.
Un camino de rosas... y espinas.
–Por supuesto. A veces no es lo que consigues, sino lo que eres capaz de superar. Ha habido un inicio malo en Segunda y dos rachas duraderas sin ganar en Primera. Todo eso no es fácil, pero ahí se ha demostrado la fuerza del vestuario y la capacidad de los jugadores de revertir la situación.
Al margen de en la categoría, ¿en qué ha cambiado Osasuna desde su aterrizaje en Pamplona?
–El club tiene ahora una dimensión mayor. Ha crecido con su estadio, la plantilla está siendo mejor cada año, vienen mejores jugadores, hay más socios e incluso una lista de espera, y eso es lo que queremos, que Osasuna siga en Primera y que cada año, si puede ser, seamos un poquito mejores.
¿En qué porcentaje se siente partícipe de este crecimiento?
–Es un compendio de muchas cosas. De una directiva que cogió el club en una situación muy difícil y que le ha dado la vuelta. De una dirección deportiva que ha hecho las cosas bien. De un cuerpo técnico que intenta sacar lo mejor de cada jugador. De unos jugadores que han sacado adelante situaciones complicadas. De una afición que siempre está ahí. Todos somos partícipes de que Osasuna esté ahora mejor.
¿En qué tiene que cambiar Osasuna este curso para ser mejor?
–El año pasado terminamos en mitad de tabla y es una buena clasificación, pero hay cosas que mejorar, como los resultados en casa, conectar más con la afición, volver a ser ese equipo vertical, eléctrico... Vamos a trabajar en eso porque sabemos que así los resultados normalmente serán buenos y la afición va a disfrutar, que también se trata de eso, pero sin perder las cosas que hemos hecho bien, como ser un equipo incómodo para el rival, trabajador, humilde, equilibrado... También necesitamos eso para conseguir los objetivos.
Hace un año decía: “Quiero hacer una buena temporada y ganarme la renovación”. Con el equipo en Primera y contrato hasta 2024, ¿cuál es su reto ahora?
–Puedo decir que por tener dos años de contrato no nos vamos a dormir. Aquí el fútbol es el día a día y este año más porque son 14 partidos y luego un parón por el Mundial de Qatar. Tenemos que respetar mucho la categoría y tener las orejas tiesas porque ya vimos el año pasado que muchos equipos que no estaban en la quiniela terminaron descendiendo, y tenemos que mantener ese estado de alerta continuo. Tenemos dos años firmados, pero nadie te garantiza que los vayas a cumplir, aunque tampoco estamos pensando en eso, sino en empezar bien con el Sevilla y sobre todo tener buenas sensaciones en los primeros 14 partidos para afrontar con garantías lo que vendrá después.
¿Cambia la planificación por ese paréntesis liguero en noviembre y diciembre por el Mundial?
–Jugar 14 partidos, parar y hacer una nueva preparación va a ser nuevo para todos, pero la pretemporada ha sido parecida a las anteriores.
¿Qué importancia le da a esos primeros 14 partidos?
–Todo el mundo habla en pretemporada de llegar bien al inicio en el aspecto físico, pero nos olvidamos de lo mental. En estos primeros 14 partidos a todos los equipos no les va a ir bien, por lo que tenemos que intentar sacar el máximo de puntos posible porque en mes y medio podemos trabajar muy bien, pero, si la situación no es buena, la cabeza juega un papel muy importante. Es imprescindible.
Cuando renovó hasta 2024, habló de un proceso meditado porque había que tomar decisiones difíciles. ¿Se refería, entre otras cosas, a la salida de Oier?
–No, tampoco. Nos referíamos a que llevábamos cuatro años y teníamos que ver qué energía teníamos, que afinidad podíamos tener con la dirección deportiva y con la plantilla para seguir sacándole rendimiento, para cambiar un poco el día a día y la metodología para seguir siendo competitivos. También es verdad que, cuando estás cuatro años en un mismo banquillo y quieres estar dos más, tienes que afrontar situaciones como las de Oier o Iñigo Pérez.
¿Cómo está Roberto Torres después de que trascendiera una charla en la que se le transmitió que iba a tener un menor protagonismo?
–En pretemporada hablo con todos los jugadores y Roberto fue el primero. Hablamos de la pérdida de protagonismo del año pasado y le vi con ganas de revertir la situación, cosas normales y naturales. El fútbol es muy cambiante. Él ha pasado de jugar casi todo a jugar muy poco, y ahora puede ser al revés. Al final los jugadores se quitan y se ponen prácticamente solos. Nosotros tenemos nuestros gustos, pero también tenemos ojos y vemos quién está bien y quién no. Fue una conversación sincera, creo que la agradeció y a partir de ahí está entrenando bien, está compitiendo bien y es uno más.
Aunque ha habido altas y bajas, el equipo mantiene el bloque.
–Bueno, hemos hecho las incorporaciones de Aitor, Rubén Peña y Moi, ha vuelto Manu y también están Pablo Ibáñez, Aimar, Jorge (Herrando) e Iker (Benito) con nosotros. Son siete u ocho jugadores nuevos en el vestuario y también es un poco diferente ese primer día cuando llegas y no ves a Oier, que se te hace raro, o no ves a Iñigo, con el que nosotros (Arrasate, Alkiza y Sergi Pérez) llevábamos siete años, pero hay otra gente que está tomando ese testigo. Es un cambio natural dentro de lo que es Osasuna.
¿Tiene la plantilla que quiere?
–Sí. Sobre todo estoy contento porque hemos mantenido a los jugadores importantes, de momento, aunque no ha terminado el mercado, y hemos hecho las incorporaciones que queríamos hacer. Es verdad que puede ser que venga un banda o no, pero ahora mismo estamos como para competir.
Ese “de momento” suena a temor.
–Temor no, pero quedan 20 días de mercado y pueden pasar mil cosas. Digo que hemos mantenido hasta ahora a nuestros jugadores importantes y ojalá les podamos mantener, yo espero que sí, ya que no ha habido ningún movimiento.
¿Le falta o le sobra alguien?
–Ahora mismo estamos trabajando con 26-27 jugadores y eso es demasiado. Entiendo que quedan 20 días de mercado todavía y habrá alguna salida, pero es normal porque tenemos gente joven y gente que puede salir pero que aún no ha salido.
¿Se refiere a la opción de que Juan Pérez y Jesús Areso salgan cedidos?
–Sí. Con ellos, y también con Barbero, vamos un poco de la mano, pero hay que ver lo que hacemos en los tres casos, si hay algún equipo que les quiere, si hay un equipo que les va a dar continuidad...
¿Cómo ha visto en la pretemporada a los canteranos del filial?
–Jorge es mejor central de lo que era porque ha estado en el Logroñés, ha crecido y en pretemporada ha estado muy bien. Iker ya estuvo muy bien en la pretemporada del año pasado, pero tuvo una lesión, aunque ahora está con chispa y nos va a ayudar. Y Pablo y Aimar hicieron una gran temporada en el Promesas y no estamos mirando su DNI ni si han subido del filial. Tienen las mismas opciones que el resto.
¿Alternarán el primer equipo con el Promesas en Primera RFEF?
–Pablo no porque ya no es sub-23 y tiene dorsal del 1 al 25, pero en los otros tres casos ojalá estén con nosotros, pero lo que no puede ser es que no compitan porque, al final, tenemos una categoría muy exigente e ilusionante como la Primera RFEF, y una cosa es que estén en la dinámica del primer equipo, pero luego tienen que competir y, si alguno entendemos que no va a jugar con nosotros, lo que tenemos que hacer es que juegue con el filial en partidos que no tendrán nada que ver con los del año pasado.
¿Cómo ha visto a los fichajes?
–A nivel personal, los tres se han adaptado muy bien a un vestuario que es muy familiar, ya que son gente llana, cercana y humilde. Luego, a nivel futbolístico, a Aitor le conocemos desde que le tuvimos en el Numancia, ha estado en la cantera de Athletic y Villarreal, tiene un conocimiento muy amplio del juego, domina todas las situaciones y eso hace que sea un portero que transmite mucha serenidad. Con Rubén Peña queremos recuperar su versión en el Eibar. En el Villarreal no es fácil encontrar continuidad, pero queremos que sea ese jugador persistente por banda, con recorrido, que llegue a línea de fondo. Y Moi es un jugador exquisito, que maneja ambas piernas, que puede jugar por dentro y por fuera y que en ese último tercio del campo nos puede hacer mejores.
¿Cuál es el objetivo de Osasuna?
–Ganar al Sevilla y empezar bien. Entiendo que cuando estás muchos años en Primera alguno puede pensar que la permanencia es poco y otros que la permanencia tiene que ser el objetivo, pero yo no estoy pensando en eso. Sí que tenemos que valorar el hecho de estar en Primera y a partir de ahí ser ambiciosos, pero tampoco echamos la mirada muy lejos. Son 14 partidos antes del parón y tenemos que centrarnos en empezar bien.
¿Sigue pensando que los de arriba están aún lejos de Osasuna?
–No, eso lo dije durante la temporada porque lo sentía así, pero ahora que no ha empezado la temporada no sé cómo están los demás. Habrá que ver cómo funcionan todos, pero también hay que ver que el año pasado descendió un equipo que había estado en Europa (el Granada) y otro que tenía una gran plantilla (el Levante). Tenemos que ser ambiciosos, pero valorando las cosas en su justa medida.