El frontón de Areta es la parada en la que recala este sábado (17.15 h.) el recién arrancado Campeonato del Cuatro y Medio. Allí se medirán dos pelotaris atrevidos, a los que les gusta jugar al filo de la navaja, sin miramientos a la hora de rematar. Si la cosa sale bien, Erik Jaka e Iker Larrazabal pueden ofrecer al público que se congregue en el recinto laudiotarra un bonito espectáculo. En juego está un billete para la liguilla de cuartos, en el grupo que comandan como cabezas de serie el vigente campeón, Joseba Ezkurdia, y un cualificado aspirante, Peio Etxeberria.
Obviamente, la etiqueta de favorito recae sobre Jaka por muchas razones. Aunque quizás no sea el argumento de mayor peso, su andadura en la competición resalta frente a la inexperiencia absoluta del debutante Larrazabal. Su punto culminante fue el subcampeonato logrado en 2020 tras caer por 9-22 ante Altuna III, a quien apenas un mes antes había derrotado (22-20) en la final de un Manomanista aplazado por la pandemia. Aquel año del covid-19 el de Lizartza tocó techo. A partir de ahí, se sumió en una pronunciada cuesta abajo a la que contribuyó una pericarditis que le mantuvo en el dique seco durante un par de meses en 2021, impidiéndole defender la txapela de la competición reina conquistada el año anterior.
Un mes antes de serle diagnosticada dicha dolencia cardiaca, Jaka había fichado por Baiko, que pretendía con este movimiento alcanzar un equilibrio de fuerzas con respecto al potente cuadro de delanteros de Aspe, en el que Altuna, Ezkurdia y por entonces también Elezkano dominaban el panorama con mano de hierro. De inicio, la jugada le salió rana a la promotora comandada por Joserra Garai.
Jaka iba perdie ndo con celeridad los galones adquiridos en su anterior etapa al amparo de la agencia eibarresa. En ese 2021, fue batido en sus tres partidos de la liguilla de cuartos del Cuatro y Medio. Ya en 2022, encajó un varapalo durísimo para su confianza. Ezkurdia le dejó en 2 en las semifinales del Manomanista. Meses después, de nuevo en la jaula, no pasó de la primera ronda al ceder ante Elordi (16-22).
Su boda, un bálsamo
Ya en 2023, unas flojas actuaciones en el Parejas junto a Aranguren y en el Manomanista, con pleno de derrotas en la liguilla de cuartos, no hacían atisbar un salida del túnel. Sin embargo, esta llegó al calor del verano. Un acontecimiento personal como fue su boda, celebrada el pasado 10 de junio, se antoja como un punto de inflexión. Jaka regresó renovado de su luna de miel, la cual prolongó en las canchas superando a Artola (22-19) y Urrutikoetxea (16-22) para plantarse en la final del Cuatro y Medio de San Fermín, en la que no pudo con un inexpugnable Altuna (14-22). Esa derrota, lejos de hacer mella en su confianza, le dio alas para completar un buen verano, en el que se ha visto una versión de Jaka más próxima a la del 2020. El título logrado en el Donostia Hiria junto al poderoso Mariezkurrena fue la guinda a su notable labor.
Larrazabal, como en casa
El de Lizartza querrá validar este resurgimiento frente a un Larrazabal que, por el contrario, no ha podido sacar todo el jugo a las múltiples oportunidades que le ha concedido Baiko este verano. El joven alavés ha exhibido una explosiva capacidad rematadora que le hace peligroso en el acotado, pero su tendencia a regalar demasiados tantos le ha penalizado en una categoría en la que no se pasa una. Este sábado, en la vecina localidad de Laudio, el de Amurrio contará con el aliento de la afición para intentar dar la campanada.