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Gipuzkoa

Jakinmin: el arte rebelde de escuchar y pensar

La asociación busca cultivar el pensamiento crítico y la reflexión desde edades tempranas
Adolescentes en grupo debatiendo.
Adolescentes en grupo debatiendo. / N.G.

Desde los tiempos de Sócrates, el diálogo ha sido una herramienta muy poderosa para el descubrimiento del conocimiento. Su método, la mayéutica, del griego maieutiké, que significa “el arte de parir”, consistía en hacer preguntas que ayudaran a sus interlocutores a reflexionar, cuestionar sus propias ideas y llegar por sí mismos a nuevas comprensiones. Siguiendo ese mismo espíritu, Matthew Lipman y Ann Margaret Sharp desarrollaron en el siglo XX la propuesta de Filosofía para Niños. Esta metodología pone en el centro el diálogo, la reflexión colectiva y el pensamiento crítico desde edades tempranas.

En esta línea se sitúa también el trabajo de la asociación Jakinmin, que adapta y actualiza estos principios para diferentes etapas de la vida, desde la niñez hasta la adultez y las personas mayores. A través de charlas, formaciones y espacios de diálogo, promueven, en toda Euskal Herria, el pensamiento crítico, ético y creativo en contextos educativos, sociales y comunitarios.

Es especialmente destacable su labor con niñas y niños, donde trabajan para desarrollar habilidades como la escucha activa, la reflexión, la argumentación y el debate respetuoso, construyendo comunidades de pensamiento desde edades tempranas.

Jakinmin Elkartea en Orio

Un ejemplo reciente de esta iniciativa lo encontramos en la localidad de Orio, donde Jakinmin Elkartea, en colaboración con el grupo de tiempo libre Txurrumuski, y con el apoyo del Ayuntamiento, organizó dos sesiones filosóficas dirigidas a los alumnos de quinto y sexto de primaria. La primera sesión tuvo lugar el 15 de marzo y la segunda el 5 de abril, ambas en el Gazteleku.

“Las sesiones fueron de hora y media y buscan acercar la reflexión filosófica al día a día de los más pequeños. Empezamos con juegos, y de ahí surgen ideas y preguntas. Después filosofamos con esas preguntas, que nacen de ellos mismos. Los niños y niñas ya tienen de por sí esa capacidad de ser curiosos y de plantearse ciertas preguntas. A raíz de ese ejercicio, es cuando aparecen los debates”, destaca a este periódico Gurutze Ostolaza, dinamizadora de estas sesiones en Orio.

Uno de los ejercicios de Jakinmin en las charlas filosóficas de Orio.

Uno de los ejercicios de Jakinmin en las charlas filosóficas de Orio. N.G.

“El objetivo es que los niños piensen colectivamente. No se trata sólo de la manera de pensar, sino de fomentar la convivencia y el respeto mutuo. Nos enfocamos principalmente en los niños de quinto y sexto de primaria, pero este tipo de trabajo se puede hacer con niños más jóvenes todavía”, comenta Ostolaza.

"Los niños están llenos de preguntas"

Los niños son “muy participativos desde el principio y están llenos de preguntas”, subraya Ostolaza. “También están abiertos a la reflexión. Además, a través de la escucha activa se les ocurren nuevas preguntas. Eso es muy enriquecedor para ellos, es un ejercicio que a la larga interiorizarán”. Esta capacidad de cuestionarse y de generar nuevas inquietudes demuestra cómo, incluso en edades tempranas, los más jóvenes pueden desarrollar habilidades fundamentales para el pensamiento crítico”.

En estos tiempos actuales, vivimos en una sociedad que parece estar siempre a la carrera. El reloj marca el ritmo y los planes se acumulan uno tras otro, dejando poco espacio para el descanso mental. Constantemente estamos expuestos a estímulos externos que nos distraen, dejándonos sin tiempo para detenernos, analizar y reflexionar sobre lo que realmente importa.

Pensar y reflexionar en tiempos adversos

“Vivimos conectados a la rutina diaria y a las expectativas ajenas que rara vez nos permiten el lujo de la reflexión”. Con una agenda llena de compromisos y un flujo constante de información, muchas veces olvidamos lo esencial: el tiempo para pensar de manera profunda, para cuestionarnos, para escuchar...

Las sesiones de Jakinmin funcionan como un gimnasio para la mente, donde los niños ejercitan su capacidad de reflexión, argumentación y escucha activa. Cada pregunta y debate es un ejercicio que fortalece estos “músculos mentales”.

Y es que, al igual que el cuerpo necesita entrenamiento constante para estar en plena forma, el pensamiento crítico también se desarrolla con la práctica continua. Por eso, las sesiones de Jakinmin son entrenamientos regulares para una mente más ágil y profunda. Y esto, en esta sociedad llena de distracciones, prejuicios, dogmas y estereotipos, es oro puro.

2025-04-13T14:33:03+02:00
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