Jartum y otras áreas de Sudán fueron escenario este sábado de nuevos bombardeos y contraataques entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), en los que ambas partes utilizaron armas pesadas y ligeras.
Según dijeron a EFE residentes en Jartum, los enfrentamientos, que no cesaron desde el 15 de abril, continuaron en el norte de la capital y en el sur de la vecina ciudad de Um Durman.
En varios puntos de Jartum se escucharon fuertes explosiones, aparentemente causadas por bombardeos aéreos, añadieron.
En el sur de la capital sudanesa, "las fuerzas reservistas de la Policía repelieron un amplio ataque contra su cuartel general, en el que los rebeldes utilizaron más de 60 vehículos militares", dijeron por su parte a EFE fuentes militares.
Aseguraron que en ese enfrentamiento "hubo decenas de muertos y heridos entre los rebeldes", afirmaciones a las que no han reaccionado los paramilitares.
Los combates también se recrudecieron en Nyala, capital del estado del Sur de Darfur, en el oeste del país, donde las dos partes intercambiaron bombardeos de artillería, añadieron las mismas fuentes.
El conflicto en Sudán ha provocado el desplazamiento interno y externo de más de 2,5 millones de personas, mientras más de 1.173 civiles han muerto y más de 11.704 han resultado heridos, según la ONU.
Además, ha provocado una trágica situación en la región occidental del país, con enfrentamientos y matanzas étnicas, especialmente en la ciudad de Al Geneina, capital de Darfur Oeste, fronteriza con Chad.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo hoy que refugiados que han huido a pie desde Al Geneina hasta Chad han denunciado graves matanzas de milicias árabes contra la minoría local de los masalit.
"Todos los entrevistados dicen haber visto cadáveres esparcidos en la carretera, descompuestos, y algunos hablan de decenas de cuerpos en una zona conocida como Shukri, a unos 10 kilómetros de la frontera (con Chad)", señaló en un comunicado la portavoz de la oficina Ravina Shamdasani.
Catorce de los dieciséis entrevistados por la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk dijeron haber sido testigos de ejecuciones sumarias, en su mayoría en las últimas dos semanas.